Lo dicho. La reunión de quienes son los dueños del balón en México, dio como resultado una farsa para los aficionados a este noble deporte.
Cambios sustanciosos en favor del deporte más apasionante del mundo brillaron por su ausencia, no perdón, sí hubo muchos, pero en beneficio de ellos mismos, del Club de Toby, de lo que les puede dar más dividendos económicos.
La famosa reclasificación, que es sinónimo de mediocridad, se mantiene incluso con otro formato para hacerlo más emocionante y económicamente más atractivo.
El ascenso y descenso se mantiene como hasta ahora, es decir, no existe, y la Liga de Expansión será digamos un Torneo Sub 23, una especie de cantera o semillero para los equipos del máximo circuito.
Y en el tema de los importados, se reduce de ocho a siete jugadores en el campo, es decir, sigue siendo un número exagerado a todas luces.
Es decir, la famosa junta de dueños resultó ser “mucho ruido y pocas nueces”.
Por cierto, de la mano con el tema del ascenso y descenso en la Liga MX, donde se reduce a 23 años el tope de jugadores, pero que tampoco se determinó una fecha para activar el mecanismo, las expectativas de tener futbol en Veracruz se alejan cada vez más.
Por lo anterior, al menos a mediano plazo, los famosos Tiburones Rojos de Veracruz están muy lejos del Golfo de México, como también muy lejos vemos el inicio del nuevo estadio.
Si no hay escenario, difícilmente habrá equipo de futbol. Una cosa necesariamente lleva a la otra y lo decimos porque después de medio derribar el inmueble del fraccionamiento Virginia, porque aún queda columnas por demoler, no visualizamos que alguien esté listo para poner una primera piedra de la nueva instalación.
Soy muy optimista que el estadio se hará, pero están los pesimistas que dicen que este espacio, ahora con la presencia de Fidel Kuri, acabará siendo vendido para edificar un centro comercial.
Sería como tomarle el pelo a los aficionados, peligrosamente de cara a las elecciones del 2024, pero tantas cosas que hemos visto en esta gestión que dicen por ahí, “un rayita más al tigre”, ni se nota.
Vaya lío se desató en la CONADE, después de los resultados favorables del nado sincronizado en Egipto, de los cuales estoy seguro que lamentó mucho Ana Guevara porque recrudeció el problema que hay con la natación nacional.
Es decir, Ana Guevara hubiera deseado que les fuera mal a las representantes mexicanas, sí, como usted está leyendo, para seguir justificando el porque no se les da el apoyo que merecen.
Al final de todo esto lo positivo es que, esperemos, todos los involucrados se van a poner las pilas para trabajar en favor de la natación nacional y evitar que los problemas federativos los deje fuera de los Juegos Olímpicos de Londres en 2024.
Pero eso sí, creo que si sucediera esto último, pues para el país sería lo de menos, ya que aparentemente existen problemas de mayor trascendencia que lo deportivo, no porque así lo crea, sino porque así nos lo han hecho ver las autoridades nacionales y estatales.
Una manifestación de jóvenes deportistas y entrenadores detonó en el Centro de Raqueta de Veracruz, donde pedían al director del IVD mejores condiciones económicas, sobre todo para entrenadores.
Señalar que la nueva administración estableció que todas las escuelas deportivas deben trabajar con un 70% para la institución y 30% para los entrenadores.
Si bien parece ventajoso, la necesidad de fuentes de trabajo obligan a los instructores a aceptar, solo que no hay retribución en ofrecer las condiciones idóneas, pues de entrada el inmueble en cuestión no cuenta con aire acondicionado, es decir, lo más elemental para poder trabajar.
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