La mano de Marcelo en Veracruz

Marcelo Ebrard Casaubón acabó con las especulaciones esta semana y, de paso, un discurso suyo fue suficiente para legitimar y fortalecer la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum Pardo, luego de dos meses de que concluyó el proceso interno de Morena y en la antesala del inicio del período de precampañas.

En principio, porque el hecho de que el excanciller haya dejado en claro que la líder -en este momento- del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) es Sheinbaum, no es poca cosa. Se trata de quien quedó en segundo lugar en las encuestas y cuyo capital político lo ubica a la cabeza de la segunda fuerza política dentro del partido.

Aunque la propia Claudia haya desestimado la expresión de Ebrard en ese sentido y afirmado que en el partido no hay grupos, lo cierto es que sí los hay y que desde que llegó a la coordinación de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación hasta este momento, con el pronunciamiento de Ebrard, se puede respirar una verdadera unidad.

¿Qué sigue? Planteaba Marcelo Ebrard de manera retórica, porque la ruta la tiene bien definida, en este momento es que los militantes de Morena que simpatizan con su causa encuentren piso parejo y las condiciones para acceder a las candidaturas que se elegirán de cara a las elecciones del 2024.

Ya se ha dicho, pero vale la pena repetirlo, el próximo año se tendrán elecciones históricas porque se votará por nueve gobernadores y nueve Congresos Locales; también, se renovará la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores, así como la presidencia de la República.

En este proceso electoral, está claro que los simpatizantes de Marcelo Ebrard buscarán estar por Morena, para fortalecer la cuota de poder que ya tiene el excanciller y seguir siendo un factor que incide en la política nacional.

Pero al mismo tiempo, su ruta busca un cambio en la estructura del partido, está claro que Mario Delgado no está en los planes y tras haber reconocido errores e inconsistencias en el proceso presidencial interno, lo que sigue es renovar los órganos del Morena y Marcelo plantea que sus simpatizantes tengan el control. En resumen, que las bases se construyan para su eventual candidatura en el 2030.

Pero en medio de todo esto está en juego el futuro en las elecciones de los estados, en entidades de relevancia como Veracruz, cuyo padrón electoral es el tercero más amplio del país, solo comparado con el de Guanajuato y en donde Morena supo imponerse desde la oposición para -en medio de la coyuntura-, ser gobierno.

En Veracruz, Marcelo tiene aliadas y aliados. Él simpatiza con miembros destacados del partido a quienes tiene una fuerte estima.

Con Marcelo dentro del Movimiento y su posición firme en la que pide ser incluido para la asignación de espacios, es muy probable que las candidaturas que todavía no se definan pasen por el tamiz suyo y la corriente oficial morenista en la 4T jarocha tendrá que ceder, si quiere que se tengan buenos resultados. Ya se verá.

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