La trata de personas es un delito, con presencia en todo el mundo, que afecta a millones de personas cada día; México es un país de origen, tránsito y destino de víctimas de seres humanos con fines de explotación. En todo el mundo, una de cada tres víctimas de trata de seres humanos es un niño, en su mayoría, niñas.
Según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), los niños y niñas tienen el doble de probabilidades que los adultos de sufrir violencia durante la trata. Lo preocupante de ello, es que la proliferación de plataformas en línea supone más riesgos para los menores porque tienden a conectarse a estos sitios sin las protecciones adecuadas.
Los niños y niñas, son objeto de diversas modalidades de trata, como el trabajo forzoso, la delincuencia, la mendicidad, la adopción ilegal, los abusos sexuales y la explotación sexual. La ONU ha establecido, que las razones por la cual, los menores son el blanco de la trata son numerosas; entre las más comunes se encuentran la pobreza, el insuficiente apoyo a los menores no acompañados ante el aumento de los flujos migratorios y de refugiados, los conflictos armados, las familias desestructuradas y la falta de cuidados parentales.
De ahí la importancia de visibilizar el día Mundial contra La Trata, que se conmemora cada 30 de Julio de cada año. Lamentablemente a la fecha, la lucha contra el tráfico de menores no ha sido eficaz. De ahí que los organismos internacionales, han considerado urgente adoptar medidas integrales para proteger a los grupos vulnerables y ayudar a los niños y niñas víctimas, pero ello, requiere esfuerzos coordinados a nivel nacional e internacional.
El tráfico de personas es un grave delito y una grave violación de los derechos humanos. Cada año, miles de hombres, mujeres, niñas y niños caen en las manos de traficantes, en sus propios países y en el extranjero. Prácticamente todos los países del mundo se ven afectados por el tráfico, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), como garante de la Convención contra el Crimen Organizado Transnacional y los Protocolos al respecto, asiste a los Estados en la aplicación del Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata.
En su artículo 3, este Protocolo Disponible en inglés define la trata como la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.
En México, a la trata de personas se le sigue viendo exclusivamente desde la perspectiva criminal, es decir, como un delito, que en la mayor cantidad de las veces pareciera aislado; sin embargo, se encuentra asentada en profundas raíces sociales, económicas y culturales, que requieren ser visibilizadas para comprenderlas y, en consecuencia, formular estrategias no reactivas sino planificadas para su atención.
El reto para las próximas autoridades es generar políticas públicas preventivas, que hagan frente a esta problemática desde sus causas estructurales, toda vez que, a la fecha, se carece de una política de estado para hacer frente a este delito y evitar que siga expandiéndose.
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