Hay noticias que quizá no deban gustar al exgobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, ni siquiera cuando se trate de noticias positivas para amistades como en su momento lo fue o sigue siendo, el exgobernador de Puebla, el priista Mario Marín y a quien este fin de semana, se le otorgó un amparo para llevar su proceso penal en prisión domiciliaria e incluso en libertad condicional.
La historia de Marín, salpica a Yunes, porque lamentablemente en su pasado como activo miembro del PRI, siglas bajo las que consiguió los mayores beneficios y cargos públicos, formó parte de esta cofradía en la que bien lo estableció la periodista Lydia Cacho en su libro Los Demonios del Edén.
La investigadora también logró con su libro evidenciar uno de los mayores escándalos de políticos y empresarios en México que conformaron una red para la explotación sexual y pornográfica de niños, configurando delitos como la pederastia.
Dos casos son los más emblemáticos que se narran en este oscuro escenario y culminó con el encarcelamiento y sentencia de los empresarios Jean Succar Kuri y Kamel Nacif. Este último fue absuelto a través de un amparo en julio del 2021 de la responsabilidad en el caso de tortura contra la también defensora de los derechos humanos, Lydia Cacho.
El primero fue detenido en 2004 y desde entonces estuvo en varios prisiones de Estados Unidos y luego en México, hasta su muerte el 14 de junio pasado, quien fue acusado también de conformar la red en mención.
A Kamel Nacif se le relacionó con el exgobernador Mario Marín cuando se revelaron llamadas telefónicas que los implicaron en 2006 en la supuesta tortura hacia Lydia. Entonces Marín evadió la justicia durante años debido a manejos de corrupción para lograrlo.
En octubre de 2020 la defensa de Lydia Cacho obtuvo información –de una fuente judicial que pidió anonimato– sobre la operación corruptora de Marín y Nacif para evitar una nueva orden de aprehensión, pero que finalmente fue librada en diciembre de ese año.
La fuente señala a exconsejeros de la judicatura federal, que intervinieron directamente a las y los magistrados.
No obstante, tres años después se le concedió el amparo y se ordenó el cambio a medida cautelar, debido a que el delito de tortura por el que se le investiga, “no amerita prisión preventiva oficiosa”, asimismo, se le determinó una multa económica por 100 pesos y quedará en libertad bajo la condición de utilizar un brazalete localizador y ahora el exejecutivo estatal tendrá un arraigo en Puebla.
El momento de esta acción no es idóneo para Yunes Linares porque vuelve a ser noticia y se le saca a la palestra ante este hecho que favorece aparentemente a Mario Marín, ya que sus nombres comparten páginas en el conocido libro Los Demonios del Edén; pero por otro lado, porque también se da en los momentos en que ha asumido una férrea defensa de sus hijos por diversos delitos por los que los reclama la justicia.
Y el camino para quitarles de encima el peso de la misma parece ser el mismo modus que la impunidad que logra Marín y esta red pederasta. Y es que la corrupción y el soborno con jueces y magistrados es lo que impera en quienes han favorecido Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez.
La compra de conciencias parece ser la misma dinámica para salvaguardar el pellejo de los tribunales. Comprar voluntades y así limpiar cualquier responsabilidad legal sobre el excandidato a gobernador y el alcalde porteño, ambos por el partido Acción Nacional.
Actualmente los dos hijos tienen órdenes de aprehensión, y toca al exgobernador dar la cara pues todo indica que no fueron enseñados en tiempo y forma a enfrentar las consecuencias de sus malas acciones y sus errores cometidos en la política y en los cargos que les ha conferido la misma.
Los amparos obtenidos evidencian que se trata del mismo camino al que se recurre para no encarar en los tribunales las acusaciones en su contra, pareciera que existe pavor por ir a un juzgado a declarar su inocencia.
Es más digno pues, enfrentar las responsabilidades y olvidar las majaderías, a que se queden sin personalidad por parte de su padre, cuando los victimiza y hace a un lado el hecho que ellos son personajes públicos, que tienen personalidad propia, puesto que han ocupado cargos como servidores públicos y por lo tanto están bajo una sola premisa: Si cometieron algún delito deberán responder por ellos mismos si no fuese así, estarán frente a la oportunidad de ser exonerados.
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