La enorme ola de violencia que padecemos a nivel mundial, pero especialmente en México, se debe fundamentalmente a la impunidad que reina en nuestro país, pero sobre todo a la pérdida constante de valores.
Responsables de esto último no son solamente las autoridades y el sistema educativo que tenemos y padecemos, el cual que poco a poco introduce conceptos basados en la ideología socialista que en lugar de fomentar la unidad nacional impulsa el divisionismo y la lucha de clases, llegando incluso a hacer una verdadera apología de la violencia, al grado de presentar como héroes sociales a quienes participaron en movimientos guerrilleros de la década de los años 70s, secuestrando y asesinando personas, desviando aviones a otras naciones, chantajeando a las autoridades y cobrando extorsiones.
Sin embargo, debemos reconocer que gran parte de la violencia existente es responsabilidad de los padres de familia, quienes nos hemos olvidado de la obligación primordial que tenemos de formar, orientar y educar a nuestros hijos como es debido.
Algunos medios de comunicación masiva también contribuyen a fomentar la crispación social a través de canciones, películas y series televisivas, donde diariamente se bombardea a la juventud con narcocorridos, canciones cuya letra está salpicada de majaderías, frases de doble sentido y hasta vulgaridades.
En ciertas caricaturas para niños los personajes hablan a gritos y se insultan. Resuelven sus diferencias a golpes. Todo esto va haciendo creer a los infantes que es normal actuar así en la vida real. Algo similar sucede con ciertos videojuegos. Obtiene más alta puntuación quien mata más personas.
En determinadas películas y series de televisión se muestran con detalle como planear un secuestro, robar un banco, traficar con drogas, burlar a la policía, enriquecerse fácilmente a través de medios ilícitos, cometer fraudes de todo tipo y lo peor de todo asesinar con violencia y saña inusitada a otros seres humanos.
Nos espantamos de lo que aparece en la nota roja de los periódicos, sin considerar que simplemente estamos cosechando lo que hemos sembrado o permitido que otros sembraran durante años.
Para solucionar el estado de cosas en que actualmente vivimos es necesario que empecemos los padres de familia por retomar nuestro papel de guías, educadores y forjadores de los hijos; en lugar de seguir cómodamente cruzados de brazos, dejando que intereses extraños a nuestra cultura e idiosincrasia manipulen e ideologicen a las nuevas generaciones, hablándoles entre otras cosas de todos los derechos que tienen, sin aclararles primero que para que dichos derechos funcionen deben de ir aparejados con las obligaciones.
Si la enorme ventaja y penetración que tienen los medios masivos de comunicación, incluyendo las redes sociales, se utilizara para fomentar la armonía, la unidad nacional, el entendimiento y la búsqueda del bien común; como ya lo hacen algunos, otra situación muy distinta viviría el país. Tendríamos menos violencia y menos agresividad. Viviríamos más tranquilos y en paz.
La paz y la seguridad son necesarias para el desarrollo armonioso de una nación.
Normalmente no las apreciamos ni valoramos, hasta que las perdemos y es entonces cuando descubrimos la importancia que tienen en nuestra vida.
Corrijamos el rumbo a tiempo por favor.
¿No les parece a Ustedes?
Muchas gracias y buen fin de semana.
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