Entre los problemas que más afectan a la producción del campo en México están los insectos y la plaga de langosta es una de las más peligrosas que repercute en ciertos estados de la republica incluyendo Veracruz.
La langosta centroamericana, también conocida como Schistocerca piceifrons, es una especie del orden Orthoptera y la familia Acrididae. Es reconocida por su capacidad migratoria y adaptabilidad a diferentes ambientes, lo que la convierte en una plaga devastadora para la agricultura y los pastizales. Puede consumir más de 400 especies de plantas y devorar hasta 100 toneladas de alimento verde en un solo día.
Para combatir esta plaga milenaria, es crucial implementar un enfoque integrado que combine diversas estrategias.
Acciones para controlar la plaga de langosta
En México, se lleva a cabo una campaña coordinada por el SENASICA y otros organismos, que incluye:
Exploración y Monitoreo: Utilización de tecnología avanzada como drones y una aplicación móvil específica para identificar y mapear poblaciones.
Muestreo y Control: Evaluación de la densidad poblacional y aplicación de medidas de control adecuadas cuando sea necesario.
La cooperación entre agricultores, autoridades locales y organismos internacionales como la FAO es esencial para gestionar eficazmente los brotes de langosta y proteger los cultivos. México ha liderado talleres regionales para fortalecer estas alianzas y mejorar las estrategias de manejo de plagas.
Para prevenir brotes de langosta, es fundamental implementar sistemas de monitoreo continuo capacitar a los productores en técnicas de manejo fitosanitario, además de activar alertas tempranas para una respuesta rápida ante emergencias fitosanitarias.
Las áreas críticas incluyen Yucatán, Veracruz, Chahuites-Tapanatepec (Oaxaca y Chiapas), San Luis-Tamaulipas y Tabasco, donde se concentran las poblaciones gregarígenas de langostas.
La langosta voladora, especialmente la Schistocerca cancellata, es otro desafío significativo para la agricultura en América Latina. Esta especie se desarrolla en mangas y presenta un ciclo de vida que incluye etapas de huevo, ninfas gregarias y solitarias, y adultos migratorios. Consumen vorazmente una amplia variedad de plantas, representando riesgos graves para los cultivos comestibles como hortalizas y frutales.
Para controlar la langosta voladora, es fundamental interceptarla en etapas tempranas, cuando aún son ninfas (conocidas como saltonas) y miden entre 6 y 7 mm. Una vez que alcanzan la adultez con alas funcionales, las medidas de control son más difíciles de implementar.
El SENASICA y otras entidades realizan actividades de exploración, muestreo, control y capacitación en aproximadamente 60 municipios de México, utilizando el Manual Operativo de Control de Langosta para asegurar la efectividad de las operaciones.
La langosta centroamericana y voladora representan desafíos significativos para la agricultura mexicana. Con un enfoque integral que incluya monitoreo constante, uso adecuado de tecnologías y cooperación internacional, podemos mitigar los efectos de esta plaga milenaria y proteger nuestros cultivos.
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