Inés no tiene ventilador ni luz en su pequeña casa edificada con láminas de zinc. Ahí, en la colonia Ana Carreto, en la zona más marginada de Veracruz, Inés Ramírez López sobrevive a la tercera ola de calor bajo la sombra de un árbol que está en su patio.
Los 43 °C de sensación térmica que marca el termómetro en la ciudad al mediodía no le permiten estar mucho tiempo dentro de su casa sin sofocarse.
El único ventilador que tenía para aguantar las altas temperaturas se quemó con los cortes de energía eléctrica que ha sufrido en los últimos dos meses de manera constante y no tiene dinero para comprar uno nuevo.
La colonia Ana Carreto no cuenta con servicio regularizado por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero por un acuerdo con el comité de vecinos la empresa productiva del Estado instaló mufas comunitarias y cobra una tarifa fija por el consumo.
Pero la alta demanda de energía en esta temporada provocó que los “bajones” de luz que hicieron que circuitos y cables se quemaran en algunas viviendas.
“Por los bajones y los apagones que llegan se me descompuso el único ventilador que tengo, es fatal todo esto que estamos pasando. Toda mi casita es de lámina de zinc y el techo también se siente más calor adentro que afuera, igual porque es una casita muy bajita, no me dio el material para hacerla más alta”, comparte Inés mientras invita a pasar a su casa.
Inés tiene 40 años y un hijo de 11 años que es discapacitado. Debido a los cuidados que requiere el niño, la mujer -que es madre soltera- se auto emplea vendiendo tamales tres veces por semana, pero las altas temperaturas afectan las ventas de este producto que se vende menos en temporada de calor.
Ya se resignó a vivir estos días sin un ventilador y sin luz, porque no tiene dinero ni para reparar el cableado que se le quemó, ni para comprarse otro ventilador.
A pesar de los intensos calores, afirma que en el día ya se acostumbró a sentarse bajo la sombra del árbol que tiene al pie de su casa, pero por las noches comparte que es “terrible”, porque al calor se suman los moscos.
Con un cartón sopla a su hijo para que se pueda dormir, pero cuando a ella le gana el sueño y se duerme su hijo despierta llorando por la incomodidad, empapado en sudor.
Esta mañana tuvo que visitar un consultorio médico porque ha sentido la presión arterial alta, no sabe si por los calores intensos o por los desvelos.
“Mi niño no puede dormir, aunque nos bañemos antes de dormir mi niño no puede dormir, tengo que estar sentada con un trapo o un cartón para estarle soplando, porque es insoportable. Con la comida igual sufrimos porque para el desayuno, comida y cena tengo que hacer de a poquito, porque no tengo donde guardarla y es más gasto”.
Yadira Guadalupe vive casi en las mismas condiciones que Inés Ramírez. En su casa de lámina de zinc de la colonia Ana Carreto, ubicada en el poniente de la ciudad de Veracruz, vive con sus cuatro hijos de 14, 11, 8 y 4 años.
Ambas mujeres forman parte del 58.6 por ciento de la población en el estado de Veracruz que se encuentra en situación de pobreza, según la última evaluación del Coneval.
En el mismo análisis, la ciudad de Veracruz es el municipio que encabeza la lista de localidades en donde existe el mayor número de personas pobres en un entorno urbano, con 229 mil 551 personas en esta situación, de una población total de 560 mil 20 personas.
Le siguen en la lista Xalapa, con 176 mil 154; San Andrés Tuxtla con 149 mil 927 pobres; Papantla y Coatzacoalcos en el cuarto y quinto lugar, con 123 mil 718 y 121 mil 637 personas en situación de pobreza en un entorno urbano, respectivamente.
Yadira afirma que las personas pobres sufren más de la ola de calor. Debido a los cortes de luz y las bajas en la corriente se le quemó su refrigerador y uno de los dos ventiladores con los que más o menos calmaba el calor.
Por las noches, todos los integrantes de su familia toman un baño para dormir frescos, pero por el día salen al patio para menguar las altas temperaturas.
Para que su comida no se eche a perder, cocina solo lo mínimo para consumir al momento porque no tiene dónde guardar lo que pueda sobrarle, tampoco puede incluir en la despensa alimentos perecederos que requieren refrigeración como carnes frías, queso o leche.
“Tengo que estar hirviendo la comida, si tengo que usar tomate le echo poco porque si le echo mucho se echa a perder más rápido”, cuenta.
Su esposo es vendedor de muebles a domicilio; desde hace cinco años trabaja para una empresa que le paga por ir de casa en casa ofreciendo los productos. Pero este año, con las temperaturas que llegan a los 40 grados, tuvo que ser trasladado a un hospital porque cayó desmayado de un golpe de calor que le impidió ir a trabajar varios días.
Este lunes 20 de mayo inició la tercera ola de calor que afecta a gran parte del país. La Subdirección de Estudios y Pronósticos Meteorológicos de la Secretaría de Protección Civil de Veracruz emitió un aviso especial por la Ola de Calor a partir de este martes 21 de mayo.
La dependencia estatal dio a conocer que, en la región costera central y planicie, que es donde se ubica esta zona conurbada Veracruz – Boca del Río, los valores de las temperaturas estarán entre los 36 y 41 grados hasta el próximo viernes 25 de mayo.
Yadira e Inés afirman que este 2024 ha sido el peor año por los intensos calores que se han sentido y que en medio de las carencias, afirman que es más complicado sobrellevar.
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