Mientras Alfredo dormía plácidamente, parte del techo de su casa se desplomó y cuando él se dio cuenta, la sala de su casa en la Reserva Tarimoya ya estaba destechada y bloqueada por la pedacería de vigas y de lo que fue la losa.
Las lluvias matutinas de toda la semana hicieron su efecto y el jueves las paredes no soportaron el peso del metal que cargaron durante más de un año, en la Reserva Tarimoya 1.
Alfredo González Cerón, habitante de la casa ubicada en la avenida Kiwi, manzana 56, lote 2, entre Cardenal y Tarimoya en la Reserva Tarimoya 1, dijo que aún no amanecía el jueves cuando se escuchó un estruendo y la caída de objetos pesados.
Al acudir a la pieza delantera de la vivienda, que ocupaban como sala, el mundo literalmente se le vino abajo cuando vio que el techo estaba hecho pedazos y las vigas metálicas cedieron como si fueran de unicel, con todo y el material que usaron en vez de láminas de zinc.
“Fue por la lluvia, era como la 1:00 a 1:30 de la madrugada cuando se oyó como si fuera un trueno durísimo, ya salimos y cuando vimos ya el techo iba como a la mitad; de hecho quise ponerle algo para sostenerlo, pero ya no se pudo, porque me cayó a un lado y se vino todo abajo”, recordó.
Las 4 vigas no soportaron el peso del techo, que no era de cemento, sino de un material pesado pero a la vez frágil, y el agua penetró en lo que era la sala, porque ya todo estaba en el piso y no había cómo evitar el ingreso de agua en esa habitación.
“Eran 4 vigas que estaban sostenidas; no se salieron, sino que se entiende que por el peso del agua, y tenía caída, pero las venció. La pieza que se ve allá atrás de la casa sí tiene losa, lo de atrás sí es losa, el problema es que está casi al ras y entonces toda el agua que vino de allá viene en caída y me imagino que toda el agua que venía, el peso se impuso”, explicó González Cerón.
El techado se hizo hace aproximadamente un año y medio y en ese momento la inversión fue cercana a 6 mil pesos; ahora habrá que hacer un nuevo techado y volver a invertirle dinero.
“Vamos a hacer lo posible, de comprarlo nosotros, con mis hermanos y eso, que ayer estuvieron aquí y me estuvieron ayudando, porque vino Protección Civil, pero no quitaron nada. Aquí de hecho nosotros ya tenemos más de 30 años, pero esta parte ya tiene como un año y medio que la hicimos nosotros. La parte de atrás ya estaba, le hicimos el colado pero ya no alcanzó hasta acá.
“Ahora la idea es poner techo hasta donde se pueda, porque esto es la cocina y la sala y ahorita unos vecinos nos están guardando las cosas; otras se echaron a perder. Queremos ver en cuánto salen las láminas, no, el colado porque casi sale igual”, señaló González Cerón.
En la vivienda solamente viven él y su esposa.
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