Comer alimentos de la ofrenda del altar de Día de Muertos no se recomienda principalmente por razones culturales y de seguridad sanitaria:
Creencias y respeto cultural: En la tradición de Día de Muertos, se cree que los alimentos en la ofrenda son consumidos espiritualmente por los difuntos. Aunque el alimento puede no cambiar visualmente, la creencia es que ha perdido su "esencia" o "energía". En muchas comunidades, consumir estos alimentos se considera una falta de respeto hacia los ancestros, ya que están dedicados a ellos exclusivamente.
Riesgos de contaminación: La comida en las ofrendas suele permanecer expuesta durante varios días, lo que incrementa el riesgo de contaminación. Al estar a temperatura ambiente y sin preservación adecuada, puede ser un caldo de cultivo para bacterias, hongos o insectos, lo que la hace insegura para el consumo humano
Deterioro natural de los alimentos: Los alimentos como frutas, panes y guisados, al quedar expuestos al aire libre, tienden a descomponerse o a perder frescura rápidamente. Esto puede provocar intoxicaciones alimentarias si se consumen después de varios días en la ofrenda.
Por estos motivos, muchas personas optan por preparar alimentos nuevos en honor a los difuntos para su consumo, dejando los de la ofrenda en su lugar hasta que finalicen las celebraciones.
Daños en la salud por comer alimentos del altar de muertos es uno de los incidentes más comunes de la temporada de Día de Muertos, pero hay más que debes evitar.
Durante el Día de Muertos en México, ciertos accidentes tienden a ser más comunes debido a la combinación de actividades, alta afluencia de personas en panteones y celebraciones. Aquí algunos de los accidentes más frecuentes:
Quemaduras y accidentes con fuego: Las veladoras y el incienso son elementos comunes en las ofrendas y tumbas. Las quemaduras ocurren, especialmente si las velas se colocan en lugares inadecuados o si alguien las derriba accidentalmente.
Caídas y tropezones: En los cementerios o espacios donde se colocan ofrendas, la gente suele caminar entre tumbas y ofrendas en terrenos irregulares, lo que aumenta el riesgo de tropiezos y caídas, especialmente por la noche cuando la visibilidad es menor.
Accidentes de tráfico: Debido a la gran cantidad de personas que acuden a los panteones, los alrededores de estos suelen experimentar un aumento de tráfico y riesgo de accidentes viales. También es común que algunas personas conduzcan bajo los efectos del alcohol.
Cortes y heridas: Algunas personas colocan objetos afilados en las ofrendas o al limpiar las tumbas, lo que puede provocar heridas al manipularlos.
Tomar precauciones y ser cuidadosos en los espacios públicos y privados puede ayudar a prevenir estos accidentes y disfrutar de la festividad de manera segura.
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