A tres meses de que concluya funciones el ayuntamiento boqueño, queda pendiente la defensa y protección del entorno natural, afirmó Carlos Alberto Butrón Valenzuela, regidor décimo, de las comisiones de Ecología y Medio Ambiente.
Dijo que no se hizo valer la defensa de los animales ni del medio ambiente y continuaron las agresiones por todos lados, pese a tener un magnífico reglamento municipal.
Resaltó que hoy por hoy la agresión más drástica contra todos los boqueños tiene que ver con la contaminación de mantos acuíferos y de los ríos, que cada vez es mayor.
"Es nula la cantidad de oxígeno en el agua. Es una realidad que las pesquerías cada vez se pierden más, muchas especies se han perdido y ya no llegan a desovar y a reproducirse en la zona de Arroyo Moreno, que es la más maltratada.
"Anteriormente el afluente de Arroyo Moreno era el canal por el cual el sábalo subía a desovar río arriba en grandes cardúmenes. Ahora ya no se ven esos cardúmenes porque ya la cantidad de oxígeno en esa zona es menor y no sabemos hacia dónde se está yendo a desovar", señaló Butrón Valenzuela.
Añadió que la jaiba que había en los manglares boqueños ya no existe y la que se consume en Boca del Río procede de Alvarado y otros puntos.
Lo mismo ocurre con el camarón cristal, que ya se convirtió en un recuerdo y una añoranza, al igual que otras especies.
"Era un espectáculo ver cuando iban subiendo los camarones a desovar a Arroyo Moreno, que eran seguidos por peces aguja y peces que les llaman yeguas y que se los venían comiendo.
"Eso ya no lo podemos ver porque como cada vez es mayor la contaminación, esas especies ya no arriban como antes, cuando los pescadores esperaban la arribazón para tirar sus redes, actualmente ya no lo pueden hacer", lamentó el regidor boqueño.
Opinó que la tarea para la próxima administración municipal de Boca del Río tendría que ser no permitir más afectaciones al entorno natural.
Además, al no tener ya hacia dónde crecer porque sólo queda Arroyo Moreno, San José Novillero y Paso Colorado, no se debe ceder a presiones de proyectos que puedan afectar el patrimonio natural boqueño.
Se pronunció por vigilar muy bien el río Jamapa, a fin de no poner en riesgo la decreciente disponibilidad de agua potable para los boqueños y los porteños.
"La próxima administración, el compromiso tiene que ser plenamente ambiental. De qué va a servir tener un Boca del Río con edificios hermosos y grandes estacionamientos, si lo elemental va a costar mucho porque habrá que traerlo de fuera porque no va a haber", cuestionó Butrón Valenzuela.
Resaltó que el tesoro y el atractivo de Boca del Río es su naturaleza: sus playas, sus manglares, sus especies ánimo animales, que le dan vida a la zona y si desaparecen, todo se desplomará porque de nada sirve una selva de cemento y edificios, sin el agua y los elementos endémicos que regala la naturaleza.
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