La experiencia Vie de Cirque, es el fruto de una mente soñadora que desde los 23 años de edad se ha mantenido activa. Un sueño que ha captado la atención del público en cada función que presenta junto al elenco artístico que le acompaña.
Su nombre es Paquín Jr., payaso augusto mexicano que, junto al payaso cara blanca Angelo, ha forjado la creación de un lugar donde está permitido echar a volar la imaginación, cuyo motor ha sido el amor hacia las artes circenses.
"Siempre soñé con ser payaso. Logré mi sueño dorado en el año 1991, cuando el Circo Atayde Hermanos me contrató para presentarme junto a ellos en la Arena México. Con ellos hice mi debut y me mantuve hasta la última función que presentaron como empresa circense, en el año 2018", relató.
Su destacado trabajo le ha permitido viajar por 38 países. Sin embargo, tiempo después de haber concluido sus labores en el Atayde, siguió sintiendo la necesidad de presentarse en los escenarios. De esta inquietud, es entonces cuando surge Vie de Cirque.
"Este espectáculo nos permite mostrar al público todas las facetas que puede desarrollar un payaso, o un 'clown'. Si bien las personas piensan que el payaso únicamente es para hacer reír, se equivocan. El payaso es un artista que requiere de una preparación 'infinita'.
"A mis 35 años de trayectoria artística, puedo decir que no lo sé todo. Cada función que realizamos es un aprendizaje. El público que nos visita en cada uno de los shows, siempre tiene algo que enseñarnos, y eso es lo más bello de esta profesión", agregó.
Para Paquín Jr., el payaso es un artista libre en el escenario, ya que puede partir de "todo" y de "nada" al mismo tiempo. La figura del clown, tiene la fuerza de crear toda una historia sin ningún argumento o punto de referencia.
Durante cada función, el elenco busca aportar un mensaje positivo a las familias que asisten a disfrutar del espectáculo. En cada puesta en escena, Paquín Jr. confiesa ver al público remontándose a su infancia, regresando a los actos circenses que hace 40 años se presentaban en el país.
"Desde el primer instante, tomamos al público de la mano y, a través de las artes escénicas y de este maravilloso entorno, lo vamos llevando por atmósferas increíbles. La mirada de los pequeños, habla. Como si en cada acto se preguntaran: '¿esto es posible?'.
"Los 14 artistas que estamos en escena, involucramos al público, conectamos con sus sentimientos y emociones. El espectáculo está diseñado para que pueda disfrutarlo desde un niño de 2 años, hasta un adulto mayor, usando lo que, considero, es el idioma principal con el cual transmitimos en Vie de Cirque: la risa", finalizó.
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