A sus 72 años de edad, María Benita Guadalupe Ortiz Vázquez se considera una mujer plena, que enfrenta su realidad hoy como habitante del Asilo COGRA.
Con 4 hijos y además como abuela y bisabuela, enfrenta su realidad con la entereza de su carácter y sin espacio para compadecerse de sí misma.
Originaria de Veracruz, donde nació el 21 de marzo de 1952, un día, hace poco más de 2 años y medio, se escribió su destino, encaminado hacia el Asilo COGRA.
"No debo estar sola, por la presión y por el azúcar. Y aquí el problema es que a mí, en vez de subirme el azúcar, se me baja. Ya me pasó, me di un golpe", expresa María Benita.
Explica la poca presencia familiar por el hecho de que se fueron por causas de trabajo.
"Han venido, pero no ahorita; y mi hijo viene, ahorita ha sido cada mes que me está llevando cada mes. Y como me acaban de hacer análisis y todo eso, estoy cada mes", señala.
Pero sí los extraña.
"La verdad, sí, los extraño y todo lo que yo perdí, hasta perdí un terreno. Mis hijos me dijeron que en lo que yo, ellos no se meterían en nada. Y que lo demás que yo perdí, pues ni modo", subraya.
Asegura no sentirse mal en el asilo porque está tranquila y no pierde el contacto con su familia: hijos, nietos y bisnietos.
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