Las fuertes lluvias de la madrugada del jueves 24 de agosto en la zona conurbada Veracruz – Boca del Río provocaron inundaciones en al menos 40 casas del fraccionamiento La Tampiquera en el municipio de Boca del Río, de acuerdo con la información de los jefes de Manzana.
Sobre la calle Coatzacoalcos, una cuadra antes de llegar al manglar de Arroyo Moreno, los camiones del CAB trabajan con bombas de achique para sacar el agua de las casas. En el lugar hay familias que lo perdieron todo.
Era de madrugada, estaban durmiendo junto a sus dos niñas, pasada la 1:30 escucharon un estruendo que los hizo pensar que alguien quería derribar la puerta y meterse a su casa. Salieron a ver y encontraron el agua metiéndose por los laterales.
La corriente no cesaba y el muro de unos 40 centímetros de altura que cada temporada de lluvias los libra de que el agua se meta a sus casas no sirvió.
No les dio tiempo de levantar las camas ni los muebles. En pocos minutos la casa se llenó de agua y con ella inició la cuantificación de las pérdidas.
“No nos dio tiempo de levantar nada, lo perdimos todo. Subimos a las niñas para que no les pasara nada”, cuenta Rosalía.
El agua que subió un metro dentro de su casa descompuso su refrigerador, sala, camas, los uniformes nuevos de sus hijas, los zapatos que iban a estrenar el lunes en la escuela y los útiles.
Es jueves a mediodía; no han dormido y el agua y la tierra siguen en su casa, están cansados y preocupados. No saben dónde pasarán la noche y si el piso se seca habrán de dormir en él. No hay otro sitio al que ir.
Rosalía no solo se preocupa por dónde dormirán sus hijas, también piensa en su suegra, una adulta mayor que también resultó afectada con la inundación en La Tampiquera.
Julio Chávez, jefe de manzana, tiene reporte de al menos 40 vecinos cuya vivienda se inundó. El problema: durante cada temporada de lluvias la historia se repite, pues los canales de desagüe hacia el manglar están tapados y no hay forma de desfogarla.
Vecinos como Rosalía y como Patricia Martínez tienen miedo. Esta vez que lo perdieron todo recuerdan la inundación del 2010 tras el paso del huracán Karl que también los dejó sin nada.
Patricia es una mujer que vive en la esquina de Coatzacoalcos con Puerto Banderas, es madre soltera y tiene una enfermedad que la vulnera.
Durante la noche, cuando vio que el agua había invadido toda su casa no pudo hacer nada. Su familia tuvo que ir a bajar el interruptor de la energía eléctrica para que Patricia pudiera moverse, pues el agua alcanzó los interruptores y temía electrocutarse.
Los rostros desolados de los vecinos de la calle Coatzacoalcos en La Tampiquera se reproducen conforme se recorre la vialidad. Con escobas, trapeadores, cubetas tratan de limpiar lo que queda de agua.
Otros lloran y se abrazan. Tienen la incertidumbre de no saber cómo recuperarán lo que perdieron.
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