Veracruz ha sido históricamente una de las regiones más vulnerables a los fenómenos meteorológicos en México, y los huracanes Karl y Stan dejaron una huella devastadora en la entidad. Ambos fenómenos, ocurridos en el año 2005 y el año 2010, golpearon con fuerza las zonas costeras y serranas del estado, causando daños incalculables en infraestructura, viviendas y, lo más lamentable, pérdidas humanas.
El huracán Stan, tocó tierra en octubre del año 2005, siendo particularmente destructivo debido a las intensas lluvias que provocó. Aunque llegó como un huracán de categoría 1, su verdadero impacto no radicó en los vientos, sino en las fuertes precipitaciones que desbordaron ríos y provocaron deslaves en gran parte de la zona montañosa de Veracruz.
La región sur del estado fue una de las más afectadas, especialmente los municipios de Minatitlán, Coatzacoalcos y las áreas aledañas al río Coatzacoalcos sufrieron severas inundaciones. El agua arrasó con casas, carreteras y sembradíos, dejando a miles de personas incomunicadas y sin hogar.
En total, Stan dejó cerca de 80 muertos en México, muchos de ellos en Veracruz, y afectó a más de un millón de personas. La respuesta de las autoridades fue insuficiente ante la magnitud del desastre, lo que agravó la situación humanitaria en las zonas más marginadas.
Cinco años después del huracán Stan, Veracruz volvió a ser escenario de una tragedia natural con el huracán Karl, uno de los más poderosos en impactar el estado en la última década.
Karl, fue un huracán de categoría 3 y tocó tierra el 17 de septiembre del año 2010, azotando la costa central de Veracruz, cerca del puerto homónimo.
El huracán trajo consigo vientos de más de 200 kilómetros por hora, causando la destrucción de miles de viviendas y afectando a importantes ciudades como Veracruz, Boca del Río y Cardel.
A diferencia de Stan, Karl fue devastador por sus fuertes vientos, que derribaron árboles, postes de electricidad, tejados e incluso hogares. Además, las intensas lluvias provocaron inundaciones masivas que afectaron a más de medio millón de personas.
La presa El Infiernillo desbordó sus aguas, y varios ríos se desbordaron, inundando comunidades enteras y dejando a decenas de municipios en estado de emergencia. El saldo oficial reportó al menos 22 muertos y más de 40 mil personas evacuadas.
En ambos casos, la respuesta de los gobiernos estatal y federal incluyó la activación del Plan DN-III-E de emergencia por parte del Ejército Mexicano, que colaboró en labores de rescate, evacuación y distribución de víveres. Sin embargo, la magnitud de los daños superó la capacidad de respuesta, y muchos veracruzanos afectados por los desastres enfrentaron años de reconstrucción.
Las pérdidas económicas fueron millonarias: Karl dejó daños estimados en 50 mil millones de pesos, mientras que las secuelas de Stan todavía son visibles en algunas zonas.
/lmr
Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto | Aviso de Privacidad
Reservados todos los derechos 2024 |