A sus casi 75 años de edad, Juan Gabriel Amabile y Marín vive tranquilo en el Asilo COGRA, y aunque no recibe muchas visitas se siente tranquilo y en paz.
Aunque es originario de la ciudad de Veracruz, vivió un tiempo en la Ciudad de México, en Acapulco y en Cancún.
Lleva 4 años en el COGRA y recibe pocas visitas porque los familiares tienen sus propias actividades.
"No pueden estar contigo, no te pueden cuidar, ya tienen su vida hecha. Tengo una situación en la próstata, pero no es cáncer, es obstrucción", señala Juan Gabriel.
Dijo que se ha adaptado al Asilo COGRA pues destacó que hay muchas personas con demencia senil y aunque quiera integrarlos a su convivencia, resulta imposible.
"Son pocos con los que puede uno platicar porque la demencia senil no te deja platicar, dices una cosa y te contestan otra. Yo no soy de muchas amistades", explica.
Además, no tienen permitido salir a pasear solos, a menos que sea con un familiar, por su propia seguridad.
Y los años causan estragos.
"Ahorita no puedo leer porque tengo cataratas y no han venido para ir al doctor, pero no puedo leer. Sí me gusta leer, novelas de literatura, de Luis Spota, de Ernest Hemingway, en fin. Pero ya no puedo leer.
"Además yo no soy de mucho hablar, pero se adapta uno, ya sabe uno en dónde está".
Se asume como una persona que en lo que cabe, está bien.
"Yo me siento bien. Hago ejercicios, por ejemplo para las rodillas me agarro de una barra, hago 4 series de 50, de 200 y aparte para prevenir artritis, brazos, cuello. Yo soy el único que me muevo.
"Estamos aquí a gusto y esperando el Día del Abuelo para festejar", señala Juan Gabriel.
Destaca que observa muchos casos de demencia senil y se siente bien por estar sano física y mentalmente.
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