Un camino de piedras blancas con algunos charcos de agua estancada es lo que quedó del río Coyolar, un afluente de agua dulce que escurre desde las Altas Montañas de Veracruz y que hace ocho días quedó seco.
En el sitio se percibe un mal olor por las algas en estado de descomposición que quedaron pegadas a las rocas. Algunos árboles todavía se ven verdes y frondosos en el margen donde corría su cauce, pero en todo alrededor la sequía dejó cerros con matorrales secos.
El río Coyolar era utilizado hasta hace una semana por campesinos de las localidades rurales del municipio de Puente Nacional, a una hora y media del puerto de Veracruz, como la principal fuente de agua para regar sus cultivos.
Ruperto Beristaín, productor de mango originario de la localidad de El Coyolar, afirma que esta es la primera vez que el río se seca por completo. Cada año su nivel disminuye por la falta de lluvias, pero la sequía prolongada provocó que desapareciera.
Para llegar a la localidad en donde el campesino tiene sus árboles de mango, se debe recorrer un camino de casi 20 kilómetros de terracería, que serpentea los cerros en un terreno sinuoso. Lo anterior hace que comprar una pipa de agua no sea una opción, su único plan –dice- es dejar en manos de Dios sus cultivos y esperar las lluvias.
Hasta ahora no sabe cuánto va perder, pero en comparación con otras temporadas afirma que, debido a la falta de agua, las plantas dejaron de producir entre 30 y 40 por ciento de lo que habitualmente cosechaba.
Junto con otros productores optó por acelerar el corte de mago para aprovechar la mayor cantidad de fruta posible. Pero señala que existen otros cultivos como la papaya y el plátano que se podrían perder por completo.
En otros casos, como los cultivos de limones, están en riesgo porque la falta de agua podría provocar que no se tenga producto o incluso que las plantas con cuatro años de cuidados se mueran.
Aunado a la falta de agua, las altas temperaturas que en esta región llegaron alcanzar los 45°C, quemó varios productos y estos tuvieron que ser desechados.
“Si no nos llueve nosotros no podemos trabajar, porque aquí utilizamos el agua para todos los cultivos, limones, mangos, los regamos con agua del río. Lo peor es que se secó en cuestión de un mes, nunca se había secado”.
Bonifacio Jiménez, quien también es campesino, indicó que este año no pudo sembrar pipían, ya que era un producto que se plantaba en las primeras lluvias de mayo. Transcurridas las dos semanas de junio y sin lluvias, dice que en ese producto será un año perdido.
“No nos llueve desde enero, fue la última lluvia, pero la falta de agua nos pega porque los productos no se dan, hay árboles de mango en donde no hubo o casi no hubo fruta, lo mismo pasa con el limón y la papaya. En mayo sembrábamos pipían y ahora no pudimos hacerlo”.
Habacuc Peña, agente municipal de El Coyolar, afirmó que en sus más de 30 años no recuerda que en algún momento se haya secado el río y, según lo que cuentan en la localidad, lo que está ocurriendo es inédito.
“Cada año el nivel del río baja porque es algo normal en la temporada de estiaje, pero en mayo, con las primeras lluvias que caen en la Alta Montaña, se recupera el nivel del agua, eso no pasó ahora, sino todo lo contrario”, afirmó.
El agente municipal relató que en los primeros días de junio notaron una disminución drástica en el nivel del río y se convocó a una reunión con todos los campesinos, en donde acordaron reducir el consumo de agua.
Los productores que necesitaban regar dos días a la semana sus plantas, acordaron solo usarla un día y si regaban cuatro horas, esto se reduciría a dos horas.
La decisión tomada fue resguardar los árboles de mango y limón, aunque se sacrificara la producción de fruta.
“Con esta situación del río la mayoría de las personas son afectadas porque quienes vivimos aquí nos mantenemos del campo y desde que tuvimos esta situación tratamos de ir reduciendo el consumo de agua”.
Para Habacuc Peña, la desaparición del río Coyolar no es una casualidad ni un castigo divino, sino la consecuencia de la deforestación montaña arriba, la prolongada sequía en el país y los incendios.
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