El fenómeno del nearshoring, impulsado por la reconfiguración de cadenas de suministro globales, promete traer a México una ola de inversiones y desarrollo industrial. Sin embargo, el experto inmobiliario Pedro Fernández Martínez, dijo que se enfrenta importantes retos regulatorios.
Explicó que el nearshoring no solo implica las inversiones y la construcción de naves industriales sino la derrama económica que abarque sectores como la vivienda y el comercio.
“El nearshoring debe reflejarse en la creación de empleos, en la demanda de viviendas y en el crecimiento del comercio local. Uno de los mayores obstáculos para capitalizar esta oportunidad es la burocracia”.
Dijo que debe trabajarse en reducir los tiempos para obtener permisos de construcción y cambios de uso de suelo. Como parte de la preparación del país para recibir el nearshoring.
Recordó que el estado tiene amplias posibilidades de captar inversiones a través de la relocalización de empresas. Por un lado, la zona sur con el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, pero también por el crecimiento del Puerto de Veracruz.
“La sobrerregulación inhibe las inversiones, pero si se otorgan los permisos rápidamente no solo habrá asentamiento de industrias sino también de desarrollos habitacionales, comercios y de proveeduría. Es necesario agilizar los procesos administrativos y ofrecer un entorno atractivo para la inversión”.
Confió que se establezca una estrategia clara para apoyar el desarrollo inmobiliario, facilitando la inversión y asegurando que se reciba a las empresas que buscan relocalizarse.
El nearshoring en México no solo depende de la atracción de inversiones, sino de la capacidad del país para responder eficientemente a las demandas de los inversores, eliminando barreras burocráticas y ofreciendo un entorno propicio para el crecimiento económico y el desarrollo integral.
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