¡Orales, mi gente! Les cuento que hay un pedacito de tierra en la esquina de Fidel Velázquez con JM García en la ciudad de Veracruz que está como olvidado, ¡qué oso! La neta es que se está convirtiendo en un verdadero basurero. La raza llega y se avienta ahí todo: escombro, bolsas de basura, llantas, ¡y hasta lo que te imagines!
¿Qué onda, banda? Esto ya está pasando de lanza, porque aparte de que ya está lleno de pura basura, la hierba está más alta que la esperanza de que caiga aguinaldo adelantado. ¡No, pues así no se puede, carnal!
Ya es hora de que las autoridades le echen el ojo a este relajo y pongan orden, porque no es posible que en pleno siglo veintiuno sigamos con estas fregaderas. ¡Ándale, güey! Que se pongan las pilas y le den una manita de gato a ese terrenito antes de que se nos vaya de las manos y tengamos que empezar a convivir con una montaña de basura en plena calle. ¡A darle, banda, que no se diga que no nos importa nuestra tierra y nuestra ciudad!
¡Está como abandonado y se está volviendo un auténtico basurero! ¡Qué onda con eso, compas!
La situación está más fea que un tigre sin dientes. La gente llega y ¡pum!, avienta ahí hasta los trastos viejos que ya no quieren en sus casas.
Y pa’ colmo de males, la hierba está más alta que el sueño de ser rico de un lotero. No podemos seguir viviendo entre basura como si nada, ¿no? ¡A darle, banda! Que se pongan las pilas y le den una buena limpiada a ese terreno antes de que nos tengamos que mudar todos por el tufo a basura.
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