En la antesala del Domingo de Ramos, artesanos de palma reportaron dificultades significativas en sus ventas, atribuidas a los altos precios y la escasez de material. Guillermo Cabrera, uno de los artesanos afectados, señaló que la situación es complicada debido a la falta de agua, lo que ha obligado a buscar el material en otros lugares, incrementando los costos y reduciendo los márgenes de ganancia.
“Anteriormente, producíamos nuestro propio material y teníamos mayores beneficios económicos. Sin embargo, debido a la sequía, hemos tenido que recurrir a fuentes externas, lo que ha encarecido el proceso y dificultado la venta al por mayor”.
Aunque las ventas continúan, principalmente a mayoristas que adquieren los productos para su venta en las calles o frente a las iglesias, los precios se mantienen estables, ajustándose a la inflación. Las palmitas más simples, con una cruz y una estampa, se comercializan alrededor de 5 pesos cada una, mientras que las piezas más elaboradas pueden alcanzar precios entre los 70 y 100 pesos.
“Los precios se mantienen estables, de acuerdo con la inflación”.
Admitió que existe incertidumbre económica pero seguramente este fin de semana pueda repuntar la venta de palmas.
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