Qué onda mis cuates!!! Es un gusto saludarlos porque así les platico todo lo que veo en mis recorridos por las calles de la ciudad, aunque generalmente no son cosas agradables, mis carnales.
Fíjense. Caminar por la zona vieja de la ciudad siempre es un placer porque es como volver al pasado en la máquina del tiempo.
Pero a veces las calles viejas tienen aspectos no siempre agradables a la vista, como son las banquetas deterioradas o las tapas de registros diversos con cuarteaduras a veces pequeñas como para que se atore el tacón de una zapatilla o lo suficientemente grande como para que se vaya el pie completo y el caminante se lesione la rodilla o la pierna completa, mis jarochos de corazón.
Pues su cuate el justo iba caminando allá por la calle Melchor Ocampo entre 5 de Mayo y Francisco I. Madero cuando de pronto se encuentra con una tapa de registro de sepa la bola qué, y que voy quedando frente a un pedazo de banqueta con un agujero y una tapa igual.
Ah jijo!!!, exclamé, mis cuais!!! Y que me detengo. Quizá en la foto no se aprecia el riesgo en toda su magnitud, pero de que existe, existe, mis brothers.
Así que háganse un favor, mis jarochos de corazón, cuando anden en las calles de la zona vieja, del Veracruz más tradicional y auténtico, abran bien los ojos para no llevarse un susto. Sobre todo aquéllos que ya no son unos quinceañeros, para no tener que andar con las molestas muletas o en silla de ruedas.
Y que viva mi bello Veracruz, que no hay otra ciudad como ésta, mis hermanos veracruzanos!!!
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