En un estado caluroso y húmedo como Veracruz, es fundamental tomar precauciones para conservar los alimentos en buen estado, ya que el calor puede acelerar su descomposición y aumentar el riesgo de enfermedades.
Guarda los alimentos perecederos como carnes, lácteos, pescados y embutidos en el refrigerador lo antes posible, apenas llegues del mercado o supermercado. Asegúrate de que el refrigerador esté a una temperatura de 4 °C o menos, y el congelador a -18 °C para evitar que los alimentos se echen a perder rápidamente.
No dejes guisos, sopas o platos cocinados fuera del refrigerador por más de 2 horas, y en climas cálidos, no más de 1 hora. Si no vas a consumirlos de inmediato, permite que se enfríen un poco y guárdalos en recipientes cerrados en el refrigerador.
Lava bien las frutas y verduras antes de guardarlas, y asegúrate de mantenerlas en un lugar fresco y ventilado. Algunas frutas como los plátanos, aguacates o tomates no requieren refrigeración, pero siempre deben almacenarse fuera de la luz directa del sol.
Usa utensilios y tablas diferentes para cortar carnes crudas y alimentos listos para comer. Asegúrate de lavar bien tus manos y las superficies antes y después de preparar la comida para evitar la transferencia de bacterias.
Carnes y pescados crudos, estos productos son altamente perecederos. El calor acelera la proliferación de bacterias peligrosas, como la salmonella, que pueden causar intoxicaciones alimentarias graves.
Lácteos (leche, queso fresco, yogurt) los lácteos son sensibles a la temperatura. Si no se mantienen refrigerados, pueden volverse rápidamente inseguros para el consumo, cortándose o fermentando de manera no controlada.
Mariscos, son especialmente vulnerables al calor. Si no se almacenan adecuadamente, pierden su frescura y pueden volverse una fuente de intoxicación alimentaria en poco tiempo.
Frutas como plátano, mango y papaya, al calor acelera el proceso de maduración de estas frutas, lo que puede llevar a que se pudran rápidamente y atraigan insectos.
Alimentos cocidos mal refrigerados, cualquier guiso, arroz o caldo que se deje a temperatura ambiente por mucho tiempo puede ser un caldo de cultivo para bacterias peligrosas, especialmente si no se enfrió de inmediato y no se guardó correctamente.
El calor acelera la proliferación de bacterias, las altas temperaturas son el ambiente perfecto para que las bacterias crezcan rápidamente en los alimentos. Esto aumenta significativamente el riesgo de enfermedades alimentarias, como intoxicaciones, que pueden ser graves, especialmente en niños y personas con sistemas inmunológicos debilitados.
Previene enfermedades gastrointestinales, el mal estado de los alimentos es una de las principales causas de enfermedades estomacales, como diarrea, vómitos y dolor abdominal, que pueden tener un impacto negativo en la salud, sobre todo en climas cálidos.
Evita el desperdicio de comida y dinero, si no cuidamos adecuadamente los alimentos, especialmente durante el calor, los desperdiciamos, lo que no solo es malo para el medio ambiente, sino también un gasto innecesario. El calor puede acelerar la descomposición de productos perecederos como carnes y lácteos, haciendo que se eche a perder lo que ya hemos comprado.
Conserva el sabor y la calidad nutricional, además de prevenir enfermedades, cuidar los alimentos garantiza que se mantengan frescos y sabrosos. Los productos perecederos que se almacenan de manera adecuada también conservan sus nutrientes esenciales, lo que ayuda a mantener una dieta balanceada y saludable.
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