El Pico de Orizaba es un volcán inactivo de extrema altura que pasa los 5 mil metros de elevación, conocido por su imponente forma en el horizonte.
Esta figura es una maravilla natural y un elemento de la diversidad geográfica y cultural de nuestro país, siendo la montaña más alta de México y la tercera en América del Norte.
El Pico también es conocido como Citlaltépetl, citlalin- (estrella) y -pétl (montaña, cerro, pico), término náhuatl que se traduce como “montaña de la estrella”.
Este volcán realmente se encuentra en la frontera entre dos estados, Veracruz y Puebla, que si bien se le conoce como Pico de Orizaba y Orizaba es una ciudad de Veracruz, se ha puesto en duda recientemente su verdadera ubicación.
Por muchos años, el Pico de Orizaba era considerado como propiedad de Veracruz, pero en 2021, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) recategorizó a este volcán, nombrándolo parte de Puebla.
Este cambio se decidió tomando en cuenta la extensión de la montaña, donde el Instituto concluyó que a pesar de tener en su nombre a una ciudad veracruzana, gran parte de la extensión de este pico se encuentra en territorio poblano.
Esta montaña forma parte de la Sierra Madre Oriental, una cordillera mexicana de aproximadamente 1,300 kilómetros de longitud que atraviesa el corazón de México.
Además de su imponente forma y gran altura, hay que recordar que el Pico de Orizaba es un volcán inactivo. Su última erupción se registró en el siglo XIX, pero esto no lo vuelve menos majestuoso.
Subir el Pico de Orizaba es un atractivo para los amantes de la naturaleza y montañistas de todo el mundo. Ofreciendo rutas de escalada de diferentes dificultades.
La naturaleza es algo que debemos respetar y admirar, por lo que hay que estar conscientes de que esta montaña es una experiencia maravillosa, pero desafiante, alcanzar la cima requiere preparación física.
Durante el ascenso, pasarás por varios cambios de temperatura y la diversidad ecológica se hará notar, comenzando por campos de cultivo, continuando con bosques de coníferas y, finalmente en la cima, zonas alpinas y glaciares.
Citlaltépetl es una fuente de inspiración desde lejos, que alberga en su interior una variedad de ecosistemas y biodiversidad, destacando por su majestuosidad física y por ser un punto de encuentro entre la naturaleza y la cultura.
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