Leucemia linfoblástica es conocido como el tipo de cáncer más común que afecta a los niños, pero si es detectado a tiempo es posible curarlos, afirmó la jefa de Hematología del Instituto Nacional de Pediatría de la Secretaría de Salud, Norma Candelaria López Santiago.
Explicó que, al no haber pruebas diagnósticas para detectar el cáncer infantil, es prioritario que madres y padres de familia o personas tutoras de menores conozcan los síntomas de alarma: fiebre recurrente, infecciones repetitivas con mala respuesta a los tratamientos, disminución de la actividad física, pérdida de apetito, palidez, hemorragias nasales o en encías, moretones o presencia de puntitos rojos (petequias), además de bolitas en cuello o ingle.
El documento Lineamientos 2023, cáncer en la infancia y la adolescencia, elaborado por el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia muestra que en 2021 se registraron mil 356 casos; de ellos, 48 por ciento fue por leucemias, y 52 por ciento por tumores sólidos.
Destacó que el INP cuenta con tratamientos innovadores y un equipo multidisciplinario que brinda atención integral; esto permite que prácticamente vivan igual que una persona sin cáncer, indicó que cada año el INP atiende cerca de 150 pacientes nuevos con cáncer; de ellos, alrededor de 100 presentan leucemia linfoblástica.
Explicó que el cáncer es el crecimiento anormal de células en un órgano sólido, tejido o en la sangre.
“Una célula normal se modifica y empieza a tener un crecimiento no controlado y capaz de viajar a distancia, pero incapaz de tener la función normal”.
Mencionó que la patología oncológica más frecuente en la población pediátrica es la leucemia linfoblástica, seguida de tumores del sistema nervioso central, linfomas, retinoblastoma y sarcoma.
Enfatizó que hasta el momento el mejor tratamiento para leucemia es la quimioterapia múltiple combinada, que consiste en utilizar una mezcla de medicamentos con diferentes mecanismos de acción para destruir las células dañinas.
Destacó que este instituto también cuenta con tratamientos innovadores como la denominada terapia blanco y el trasplante de células progenitoras hematopoyéticas; ambos son utilizados para casos muy específicos de la enfermedad.
Refirió que la terapia blanca consiste en dirigir los medicamentos a blancos moleculares que presentan las células tumorales; por ejemplo, en leucemia, la presencia de un cromosoma llamado Filadelfia, que es una alteración molecular que hace más agresiva la enfermedad. “Con esta terapia podemos atacar a ese cromosoma y esto hace que la quimioterapia sea más efectiva”.
Indicó que el trasplante de células progenitoras hematopoyéticas se lleva a cabo cuando no existe buena respuesta al tratamiento inicial o cuando se presentan recaídas.
Resaltó que niños y niñas sin derechohabiencia atendidos en el INP tienen garantizados los tratamientos oncológicos gratuitos, como resultado de la política de gratuidad en atención médica y medicamentos que brinda el Gobierno de México.
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