La mandarina, conocida científicamente como Citrus reticulata, es un fruto que no solo destaca por su sabor, sino también por sus importantes aportes nutricionales y su relevancia en el cultivo agrícola.
Origen y Producción
El cultivo de la mandarina se remonta a la antigüedad, con referencias que se sitúan en Indochina y el sur de China desde el siglo XII a.C. En México, la producción de mandarina ha mostrado un notable crecimiento, alcanzando en 2023 un total de 309,740.49 toneladas. Este incremento se debe al compromiso y esfuerzo de las y los productores mexicanos que han optimizado sus técnicas agrícolas.
Para garantizar un cultivo exitoso, es esencial utilizar árboles injertados que estén libres de plagas y enfermedades. Estos árboles deben presentar una buena unión entre el patrón y el injerto, así como una copa vigorosa formada por 3 a 4 ramas bien distribuidas. El sistema radicular debe ser sólido para asegurar un adecuado desarrollo del árbol.
El rango óptimo de humedad relativa para el cultivo de mandarinas se sitúa entre el 60% y el 70%. En términos de distanciamiento, las plantaciones suelen seguir un patrón de 7x6 metros, aunque esta medida puede variar según las características del suelo, la topografía del terreno y el clima. Los principales estados productores en México son Veracruz, Puebla y Nuevo León, con Veracruz destacando por su producción de más de 152,304 toneladas.
Existen tres variedades predominantes de mandarina: Clementinas, Híbridas y Satsumas. Además, algunas variedades como Marisol, Clemenules, Hernandina, Nour y Ortanique son apreciadas por su uso ornamental. Esta diversidad de variedades permite aprovechar al máximo las características organolépticas de este cítrico en la cocina.
La temporada de mandarina abarca de octubre a marzo, siendo durante estos meses cuando se registra la mayor disponibilidad en los mercados. En la gastronomía, se utilizan diversas partes de la mandarina: los gajos, la cáscara, el jugo y las hojas, lo que la convierte en un ingrediente versátil.
La mandarina es un fruto que aporta múltiples beneficios para la salud:
Rica en Vitamina C: Su elevado contenido de vitamina C contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico, lo que es esencial para la prevención de enfermedades.
Ácido Fólico: Es una fuente importante de ácido fólico, un nutriente crucial durante el embarazo, que favorece el desarrollo adecuado del feto.
Propiedades Antioxidantes: Gracias a su riqueza en flavonoides y betacaroteno, la mandarina actúa como un potente antioxidante, protegiendo las células del daño oxidativo.
Adicionalmente, el aceite de mandarina es reconocido por sus propiedades regenerativas, promoviendo el crecimiento de nuevas células y tejidos, lo que favorece una curación más rápida de heridas.
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