Cuando ocurre un importante movimiento de tierra en el territorio nacional muchos lo que primero que revisan en las redes sociales, pero no cualquier cuenta sino la del Servicio Sismológico Nacional donde se brindan los detalles de los sismos registrados al momento.
El gobierno de México detalló que los sismos se vigilan mediante centros de monitoreo, y en México el encargado de dicha tarea es el Servicio Sismológico Nacional, el cual ya tiene más de 100 años de edad.
Se puntualizó que, el servicio se fundó en 1910, eso sí, aunque el primer instrumento de medición se instaló en 1904.
Para el año 2019 se contaban con 63 estaciones en el país, realizando un intercambio de datos con instituciones que se dedican al monitoreo sísmico a nivel nacional e internacional.
Toda la información llega a una estación central automatizada que siempre está analizando los datos. Cuando interpreta que hay un movimiento mayor a 4.5 envía un mensaje a las redes sociales y la página web con la leyenda preliminar en mayúsculas y las lecturas de magnitud y epicentro que detectó. Este proceso es automático y la mano del hombre no interviene.
En el Sismológico Nacional se trabaja las 24 horas, así que cuando el sistema arroja los datos de un posible sismo, los especialistas revisan la información y corroboran la magnitud y el epicentro.
Para saber dónde ocurrió el hipocentro se triangula la información de las centrales más cercanas y se calcula el punto.
Para entender cómo y por qué ocurren los terremotos, primero se debe saber qué es lo que ocurre dentro del planeta tierra.
Lo primero que tenemos que saber es que la Tierra tiene diferentes capas. Para que sea más sencillo imaginarlo piensen en un aguacate: el hueso sería el núcleo de la Tierra, la parte carnosa sería el manto y la cáscara sería la corteza.
En el núcleo tenemos una gran fuente de calor y es como una gran hornilla prendida, ese calor genera algo que llamamos corrientes convectivas, que hace que el material caliente suba a la superficie mientras que el material frío baja.
Se tiene la fuente de calor que es el núcleo que producen corrientes convectivas en el manto, lo que provoca que el material en el manto se mueva.
La corteza está dividida en lo que llamamos placas tectónicas y ellas están en continua actividad por el mismo movimiento del material del manto. Esto provoca que las placas interactúen una con otra de diferentes formas.
Por ejemplo, algunas placas se están separando, otras chocan entre sí y otras más se mueven lateralmente una respecto de la otra. Los sismos se dan precisamente donde las placas están en contacto”.
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