Aunque para muchos campesinos es una actividad común la realidad es que en los últimos años las autoridades del gobierno federal han buscado evitar que se realice la quema agropecuaria pues tiene consecuencias graves en el campo mexicano.
Según la Comisión Nacional Forestal en 2022, el 26.3% de los incendios forestales en México se originaron por quemas agropecuarias. Esta cifra representa una disminución significativa respecto al año anterior, donde alcanzó el 40%.
Aunque hay progreso, aún queda un importante trabajo por hacer para concientizar sobre los peligros asociados a estas prácticas.
Mi Parcela No Se Quema es una iniciativa busca promover alternativas sustentables al uso del fuego en actividades agrícolas y ganaderas, pero viene acompañada de acciones concretas como en 2022, donde en colaboración con entidades públicas y privadas, se llevaron a cabo 30 talleres enfocados en alternativas al uso del fuego.
Estas sesiones involucraron a 1,493 productores, donde se discutieron prácticas como el uso de rastrojo, labranza mínima y diversificación de cultivos dejando en claro cuales el peligro de quemar parcelas.
Las consecuencias de la quema son:
La única forma de justificar una quema controlada es por problemas fitosanitarios que no se puedan tratar de otra manera.
Por lo anterior se han impulsado otras alternativas como el uso de rastrojo como cobertura para conservar la humedad del suelo.Manejo sostenible de insectos, hongos y bacterias benéficas para el control de especies perjudiciales.
También sse puede usar el rastrojo como cobertura de suelo, alimento para el ganado y composta/abono.
En caso de que se pretenda llevar a cabo una quema agropecuaria, sin cumplir con la normativa y presentar un Aviso de Uso de Fuego a los encargados de gobierno, se debe hacer de conocimiento de las autoridades para tomar cartas en el asunto.
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