El Día Mundial de la Pereza se originó en 1985 en Itagüí, un municipio colombiano, como una protesta contra la falta de inversión pública en actos culturales, fiestas populares y festivales artísticos, y también como una contraparte al Día Mundial del Trabajo.
Esta celebración ha ido ganando popularidad cada año, con los habitantes colgando hamacas en los árboles y paseando en camas rodantes, donde toman siestas, conversan o leen.
Los organizadores buscan promover la pereza como una cualidad positiva, incentivando un ocio creativo a través de actividades lúdicas. En muchos países, además del trabajo diario, se permite holgazanear un día al año.
Cada segundo puente de agosto se celebra el Día Mundial de la Pereza, una celebración que se ha convertido en un símbolo de la necesidad de descansar y hacer una pausa en la ajetreada vida moderna.
En Itagüí, la tradición incluye a los vecinos vistiendo pijamas y sacando camas y hamacas a las calles para reivindicar el derecho al ocio y al descanso.
Desde 1985, los habitantes celebran este día, que varía cada año según el fin de las fiestas del pueblo, decorando las calles y organizando actividades culturales como recitales de poesía, campeonatos de ajedrez y desfiles de comparsas, todo en defensa del derecho a un ocio digno.
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