Los relatos de miedo se han vuelto cada vez más populares con el paso de los años, muchos los ubican más como Creepypasta, historias cortas de terror que se difunden en internet, aunque famosas se sabe que son ficción, caso contrario a las leyendas urbanas que le dan un toque macabro.
Aunque se componen de datos que son imposibles de creer, se intentan difundir como hechos que casi seguro pasaron, o alguien supo de un tercero más, que fueron reales, como cocodrilos en alcantarillas, mujeres que piden un taxi para luego desaparecer dentro del vehículo, y un largo etcétera.
Teniendo claro la base de las leyendas urbanas, podemos recordar más de una, pero en el caso del Halloween, una festividad popular en Estados Unidos y adoptada por los latinos de manera particular, hay algunas que son inquietantes en el mejor de los casos, y que hacen que se agradezca que no se copie en su totalidad.
En Estados Unidos, es común que los niños disfrazados de criaturas terroríficas salgan el 31 de octubre a las calles para pedir dulces, es un acto prácticamente oficial en el Halloween, pero el nerviosismo de los padres se incrementó con la leyenda que habla sobre gente con diabólicas intenciones que entre los dulces que les dan a los niños, hay objetos filosos que buscan dañar a los pequeños al momento de probar lo que recolectaron, por lo que muchos tutores revisan los dulces de sus hijos antes de que se los coman.
Otra actividad común en los Estados Unidos, es el decorar lo más llamativa posible las viviendas, con figuras y formas tan exageradas que se han vuelto material de leyendas urbanas, una de ellas indica que una mujer en un pequeño pueblo decidió quitarse la vida en esa fecha, colgándose del cuello desde el techo de su casa, y aunque eso fue por la mañana las autoridades atendieron el caso hasta la noche, porque se pensó que ella era parte de la decoración de Halloween. A día de hoy, procuran que las decoraciones no se apeguen tanto a la realidad.
Aunque esta última si se volvió un fenómeno mediático, hay quienes indican que su origen se basó en una leyenda urbana. En 2016 se originó una ola de personas extrañas que se colocaban en carreteras, calles vacías, campos, vestidos de payasos que asustaban o directamente amedrentaban a la población.
Los avistamientos fueron múltiples, dándose casos incluso en Latinoamérica, viéndose escenas bizarras de payasos causando vandalismo en el exterior de las casas, quedando captados en cámaras de seguridad.
Cuentan en Estados Unidos esto se originó, por personas vestidas de payasos tétricos que intentaban llevarse a niños tentándolos con dulces, y esto habría iniciado, en la temporada de Halloween.
Aunque pueden o no haber ocurrido estos casos, son populares como leyendas urbanas, y ponen a reflexionar, sobre las cosas que en un país como México se imitan del exterior.
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