Conoce la terrorífica historia de Juan, el leñador de Amatlán de los Reyes en Veracruz

Entre campesinos de Amatlán de los Reyes circula un relato que, de tan macabro, se ha vuelto una leyenda local, que ha provocado tal miedo que sencillamente las personas evitan pasar por la zona en la que se dice, se encuentra Juan el leñador.

Cerca de la llamada, Gruta de Lourdes, la gente cuenta que trabajadores del campo escucharon los gritos de un hombre, no eran de dolor o lamento, era como alguien que intenta prevenir a otros de un peligro o que se alejen de la zona.

Aunque miraron a todos lados nadie vio nada, salvo uno, solo uno de los campesinos se percató que en el cerro cercano a la gruta estaba un sujeto que llevaba un hacha, un leñador con un aspecto anormal, una figura inquietante, que sencillamente no parecía un ser humano normal, que activa todas las alarmas del cuerpo que ruegan por salir del peligro.

Lo más terrorífico para los presentes fue que el extraño leñador, desapareció ante sus ojos. La gente pensó que era un sujeto que podía ser peligroso, tal vez esperando que pase alguien solitario que se aproxime demasiado para utilizar esa hacha con otros fines, pero otros creen que quizás intentaba que se alejara de la zona, aunque les desconcertaba sus gritos de advertencia.

Pese a esto, hay quienes consideran que la forma en que aparece y desaparece no es de un hombre normal, y comenzaron a circular rumores que señalan que, al caer la tarde, si circulan por cerca del cerro, suena un hacha cortando leñad, de una forma tan extraña y ruidosa, que hace que cualquiera busque salir lo más rápido posible, ante las probabilidades de que lo que esté cortando, no sea madera.

Algunas personas afirman que lo han escuchado en las cercanías, cortando en la madruga, al amparo de la noche, sin luces que indiquen su presencia, solo cortando algo, el sonido del viento al levantar el hacha, el ruido al bajar a toda velocidad y el estridente impacto contra lo que hizo contacto, todo entre penumbras. 

Los pobladores llamaron a este sujeto, o ser, Juan el leñador, y aunque el debate se mantiene sobre lo que es realmente, el miedo que se percibe entre quienes conocen la historia se contagia al darlo a conocer a otros, como a quien termine de leer esta leyenda.