El Gobierno de Estados Unidos enviará una "abrumadora mayoría" de las pruebas rápidas de COVID-19 que compró a Abbott Laboratories la semana pasada a gobernadores y territorios para apoyar la reapertura de escuelas y otras tareas críticas, dijo un funcionario en conferencia de prensa.
Otras prioridades para las pruebas recientemente adquiridas incluyen guarderías, socorristas e "infraestructura crítica", dijo el almirante Brett Giroir, subsecretario de salud del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
El gobierno compró 150 millones de pruebas rápidas de antígenos de Abbott para COVID-19 en un acuerdo por alrededor de 750 millones de dólares.
Las pruebas portátiles pueden entregar resultados en 15 minutos y se venderán en 5 dólares. No requieren equipo adicional y pueden usar un hisopo nasal menos invasivo que las pruebas de laboratorio tradicionales.
Las pruebas de antígenos son más baratas y rápidas que las pruebas de diagnóstico molecular, pero es un poco más probable que no identifiquen casos positivos del virus que las pruebas de diagnóstico de laboratorio.
El presidente Donald Trump ha presionado reiteradamente por la reapertura de las escuelas, pero la mayoría de los distritos escolares más grandes del país han dicho que comenzarían el año escolar con clases en línea, en momentos en que los estados luchan contra un aumento en los casos del virus durante el verano boreal.
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