La misión de un músico es transmitir emociones a través de los sonidos. Cada nota se convierte primero para él en esa catarsis transformadora de su interior para en forma posterior cuando se sabe rodeado de semejantes, permutar su naturaleza humana en mística.
El piano fue aducido por siglos como el rey de los instrumentos, su notable capacidad acústica y su majestuosa presencia hacen de este portento sonoro producir un placer incomparable.
Luca Rebola lo sabe y su impecable ejecución lo hacen un artista.
Luca Rebola nació en Pinerolo Turín. Y esta bella provincia italiana, realizo sus primeros estudios en el Conservatorio Guiseppe Verdi.
Luca ha llevado una carrera prodigiosa, además de pianista, es maestro, compositor de música clásica y músico activo de bandas sonoras y cortos:
Además, ha musicalizado en vivo películas de cine mudo como El Fantasma de la Csa Usher.
En este rubro se ha presentado en el Festival de Cine de San Luis Potosí de manera recurrente.
En el año 2005 ganó el tercer lugar en los Premios Chopin en el Concurso Gil Amatori de Piano Forte, en Verbania, Italia.
Ha recorrido la República Mexicana: Querétaro, Guanajuato, Quintana Roo, Tamaulipas, Hidalgo y Veracruz.
Y ha sido pianista invitado por la Orquesta Clásica de Orizaba y por la Orquesta De la Universidad Autónoma de Hidalgo.
De este Modo, piano y Luca se convierten en partituras de boleros, canciones populares y poesía, pues en las veladas constantes los versos son recurrencia de su talento, de su espiritualidad a guisa de Arthur Rubestien música es religió y el piano un templo.
Chopin decía la vida es una inmensa disonancia, con la presencia de Luca Rebola y su piano, decimos no importa con valentía la sopesamos.
/lmr
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