Un alto al intento de desalojo solicita la comerciante Juliana González Hernández con 22 años de vender refrescos y dulces en las inmediaciones de la unidad “Benito Juárez”, recinto que le ha permitido ganarse la estima y reconocimiento de entrenadores y de diferentes generaciones que avalan su lucha diaria.
La mujer de la tercera edad, se dice preocupada pues durante las últimas dos décadas, el pequeño puesto de lámina proporcionado por una empresa refresquera, se ha concretado como su único sustento de vida, y con lo que logra mantener a su hija discapacitada que hoy día yace en una silla de ruedas.
“Pasaban los presidentes y todo, yo asistía a pagar, pero nunca dejé de pagar, solamente cuando lo de la pandemia no pagué los dos años porque se cerró todo y no tenía a donde sacar para pagar, pero ahora que ya pasó todo hubo un evento”, refirió Juliana en torno a la cobertura de cuotas por permisos gubernamentales.
Y aunque la mañana de este miércoles se reunieron las partes afectadas con representantes del ayuntamiento, la única respuesta fue que tendrán que abandonar el predio con la intención de desalojar la unidad deportiva.
“Yo quisiera que nos ayudara, si yo tuviera dinero no estuviera aquí, lo hago por necesidad porque tengo a mi hija enferma, es más, yo también estoy enferma, soy diabética”, expuso González Hernández.
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