El nuevo derrumbe en la autopista 150D Orizaba-Puebla tiene al sector transportista en jaque, ya que sin vias de comunicación accesibles las pérdidas serán millonarias, en un cierre de año de por sí difícil.
El derrumbe ocupa 150 metros de longitud por 12 metros de alto y 40 de ancho, y de acuerdo a las autoridades, el retiro de las decenas de toneladas de rocas podrían tardar hasta 30 días por la magnitud del problema.
No obstante, las autoridades carreteras están a la espera de la liberación de permisos para la remoción de las rocas que taparon la vía rápida 2100 en la zona limítrofe entre Veracruz y Puebla.
Este domingo 27 de octubre se informó que como medida de prevención y para evitar nuevos posibles deslizamientos de tierra o rocas, o en su caso, como ha ocurrido, asaltos masivos, personal de Capufe y Guardia Nacional descendieron en sentido contrario a todas las unidades pesadas, autos, camionetas y autobuses que quedaron varados en el tráfico vehicular tras el derrumbe.
La zona que se despejó de tráfico vehicular es la conocida como El Mirador en la autopista 150D Orizaba-Puebla.
Lauro Rincón Hernández, presidente de la Federación Méxicoamericana de Transporte AC, señaló que los derrumbes en la carretera de la zona de Altas Montañas está generando pérdidas millonarias al sector transportista.
"Si bien las autoridades no pueden evitar el deslave carretero, solicitamos un incremento en la vigilancia, ya que cientos de automovilistas y
transportistas estamos en riesgo de quedar varados durante horas en este u otro tramo", señaló.
Por su parte Enrique Rustrian Villanueva, delegado de la Cámara Nacional de Transporte de Carga (CANACAR), coincidió en la necesidad de mayor vigilancia e indicó que es urgente incrementar la presencia de elementos de la Guardia Nacional.
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