Alejandro Soto, Yapson Gómez, Gerardo Gutiérrez y Samuel Zazueta hicieron historia al trabajar el primer juego sin hit ni carrera combinado en la historia de El Águila de Veracruz.
La noche del viernes 28 de julio en el Estadio Beto Ávila quedará guardada en los récords de la Liga Mexicana de Beisbol, con un intenso juego de picheo que la novena jarocha ganó en agonía con un jonrón de José Guadalupe Luna que dejó tendido en el terreno a los Bravos de León.
Hazaña repetida apenas 17 días después de que David Reyes completara el séptimo no-no en los 120 años de existencia de El Águila de Veracruz, el pasado martes 11 de julio ante Saraperos de Saltillo, también en el Beto Ávila.
4 mil 360 aficionados jarochos volvieron a ser testigos de una joya de picheo tirada por el equipo de casa, consagrada por un tablazo por el jardín izquierdo en la novena entrada para liquidar un juego que parecía imposible para el orden al bat veracruzano que en total dejó nueve hombres en base.
Este es el séptimo no-no combinado en los registros de la LMB, siendo el más reciente hace 15 años tirado por Laguna en 2008. Asímismo es la octava ocasión que un club logra dos juegos sin hit en la misma temporada, logro que no se alcanzaba desde Campeche en 1999.
El arranque de Alejandro Soto no fue el ideal, tras dominar al primer bateador con un roletazo de out, un pelotazo a Ricky Rodríguez y un pasaporte Niko Vásquez le complicaron las cosas. Procedió a salir del problema sin rasguño con dos ponches.
A partir de ahí, el zurdo de Huatabampo, Sonora estuvo impecable. Otros dos ponches para salir de la segunda, otro en la tercera y uno más en la cuarta.
El cansancio acumulado en la zurda del lanzador de 37 años se resintió en la quinta entrada con el desgastante duelo de 8 pichadas que finalmente ganó Edgar Bravo para obtener la base por bolas. La defensa cooperó con un doble play al siguiente turno.
El contendiente a Retorno del Año de la LMB 2023 todavía salió a lanzar la sexta y dejó el juego tirando dos strikeouts más. Todo preparado para el habitual cerrador Yapson Gómez, ahora encomendado para lanzar la séptima entrada.
El venezolano retiró a los tres en orden en apenas ocho pichadas para colgar el séptimo cero de la pizarra y se quedó a un ponche más de lograr el inning inmaculado de tres bateadores retirados con nueve strikes.
Gerardo Gutiérrez se sumó a la causa aguilista y sacó la octava entrada con dificultad, enfrentando a cinco bateadores con 21 lanzamientos en total. Finalmente el seleccionado nacional Samuel Zazueta selló el trabajo pese a otorgar un pasaporte más.
Nueve ceros colgados arriba de la pizarra, pero aún faltaba romper el cero abajo. Con las entradas extra amenazando con arruinar el juego sin hit ni carrera, Veracruz salió a batear la novena con el séptimo, octavo y noveno en el orden.
José Guadalupe Luna, utility aguilista con menos de treinta turnos al bat, acabó con el drama de inmediato. La segunda pelota que vio terminó botada por el jardín izquierdo con un espléndido tablazo, su cuarto cuadrangular del año y el definitivo para cerrar otra gran noche de pelota en el Beto Ávila.
Si bien Alejandro Soto fue el brazo fuerte que comandó al picheo águila hacia la hazaña, reconoció que esta no habría sido posible sin la ayuda de sus compañeros, ya que el cansancio no le permitió lanzar más de seis entradas.
“Llevaba alrededor de noventa lanzamientos y en todas mis salidas como abridor para la cuarta quinta entrada ya estoy flaqueando, ya mi condición física no es la misma”, mencionó.
El abridor reveló que desde la quinta ya sentía que no estaba al cien por ciento y aún así se comprometió a lanzar un inning más, “el juego había que ganarlo”.
“Le dije (al coach) 'podemos darle pero ya no es lo mismo', fue por eso que trajeron a unos más fríos porque el juego hay que ganarlo, consideramos eso y le dejé el pastel a mis compañeros. Era difícil que yo pudiera solo”, aceptó.
Los tres relevistas coincidieron en que la mentalidad para enfrentar y sacar a los bateadores fue esencial, más allá que no todos estaban completamente conscientes de cómo iba la pizarra.
Yapson Gómez aseguró que se dio cuenta rápido de lo que estaba lanzando Soto. “Cuando llamaron al bullpen para lanzar el séptimo inning, me mentalicé para salir a dominar a esos bateadores. Gracias a dios lo pudimos lograr.”
En cambio Gerardo Gutiérrez declaró: “No tenía idea que estábamos tirando el sin hit, yo nomás pensaba en atacar al bateador y sacarlo out. Gracias a dios se dio el resultado que es trabajo de todo el equipo”.
Samuel Zazueta admitió que no cayó en cuenta del marcador hasta la novena. “Yo me enfoqué en tirar strikes, ya tenía quince días sin tirar desde mi lesión. Cuando saqué el inning le pregunté a mis compañeros '¿tiramos sin hit?' me dijeron que sí, fue cuando comenzamos a celebrar”.
Por su parte, el receptor de 24 años Cristian Mejía vivió el primer no-no de su carrera, distinción que ya comparte con su compañero de equipo, el experimentado Alan Espinoza que atrapó los juegos de Dylan Unsworth en 2021 y David Reyes este 2023.
“Caí en cuenta desde la sexta entrada que salió Soto. Yo traté de jalar los picheos, que no se quedaran cómodos. Siempre tuve confianza que íbamos a hacer carreras, solo había que llevar el juego”, relató.
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