Con un juego espectacular pero una colección de ocasiones frustradas, España venció 1-0 a Italia con un gol en propia puerta del defensa Ricardo Calafiori, este jueves en Gelsenkirchen para sellar su pase a los octavos de la Eurocopa de Alemania-2024.
Antes de la última jornada, la Roja lidera el grupo B con seis puntos, mientras que Italia queda con tres, seguida por Croacia y Albania, ambas con uno.
Tras haber iniciado la Eurocopa con un triunfo convincente ante Croacia (3-0), la Roja añadió muchos quilates a su fútbol para firmar un estupendo monólogo en el Arena AufSchalke, frente a 50.000 personas, entre ellas el rey de España.
Por tierra, mar y aire, intentó meterle mano a su mejor enemiga, que jugó con un gran complejo de inferioridad, sin atreverse a mirar cara a cara a un rival al que durante muchos años miró de arriba a abajo.
Con Pedri, Nico Williams y Lamine Yamal en la mediapunta, el baile a la Azzurra fue de época.
Pero le faltó mucha eficacia al equipo de Luis de la Fuente, precisamente lo que le sobró el sábado en Berlín ante Croacia.
Tuvo que ser Ricardo Calafiori el que desequilibrara la balanza en el minuto 54. Williams centró desde la izquierda, tocaron Álvaro Morata y el arquero Gianluigi Donnarumma antes de que la pelota rebotara en la pierna del central de moda del fútbol italiano.
Incapaz de encadenar tres pases, Italia se frustraba, a imagen de la patada, con empujón añadido, de Gianluca Scamacca a Aymeric Laporte cuando ya no tenía el balón.
El rosario de ocasiones rojas fue interminable: Morata se topó con el corpachón de Donnarumma (24) que sin respiro voló para despejar un misil de Fabián Ruiz (25).
Italia, un flan cada vez que encaraban los extremos españoles, ni olía el área de Unai Simón: Solo un disparo en la primera parte, muy alto por parte de Federico Chiesa (43).
Tras el gol español, continuó el festival en la segunda parte, con el niño Yamal, convertido en el más joven en disputar una Eurocopa a los 16 años, buscando añadir el récord de goleador precoz. A la hora de juego soltó un pelotazo al pluriempleado Donnarumma.
Tomó su testigo Ayoze, sin complejos en sus primeros minutos en la Eurocopa, pero también disparó al muñeco dos veces.
España no mató el partido, pero tampoco le hizo falta. La reacción italiana llegó más desde la grada que con el balón. Se fue de Gelsenkirchen sin probar los guantes de Unai Simón.
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