Ni la enorme expectación a su alrededor, ni una molestia en la pantorrilla empañaron el brillante debut de Simone Biles en París-2024, donde se clasificó con autoridad para cinco finales de la gimnasia artística, las mismas que la brasileña Rebeca Andrade.
La estrella estadounidense, que volvía a competir en unos Juegos Olímpicos tres años después de su bloqueo mental en Tokio, fue la gran estrella en el Arena Bercy repleto y festivo, que no dejó de ovacionarla.
Concentrada al inicio, y sonriente y efusiva al final, la ganadora de 23 títulos mundiales acabó la clasificación en primer puesto del concurso general individual, en salto y en suelo, siempre escoltada por Rebeca Andrade.
Fue segunda en viga de equilibrio, y la brasileña tercera, por lo que Biles podrá optar a revalidar sus cuatro oros de Rio-2016.
Las dos favoritas quedaron solo fuera de la final de barras asiméticas.
La única sombra este domingo para la estadounidense, de 27 años, fue la molestia que sufrió en la pantorrilla izquierda mientras calentaba para su segundo ejercicio, el de suelo.
El contratiempo, sin embargo, no le impidió firmar una gran actuación en el tapiz, ni tampoco volar en el potro, donde realizó el Biles II, el doble salto Yurchenko carpado que lleva su nombre.
La decepción de la jornada fue para Francia, que pese al fuerte apoyo de su hinchada no consiguió entrar en la final por equipos.
Tampoco consiguió su objetivo, en su caso entrar en la decisión de salto, la mexicana Alexa Moreno, que a pesar de las dificultades físicas llegaba impulsada por el cuarto puesto en el Mundial de 2023.
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