Suplir al impecable Alexi Amarista en la segunda base de El Águila de Veracruz no es cualquier cosa, pese a que lo hace parecer sencillo, Carlos Arellano reconoce lo que ha costado.
El pelotero de 24 años con formación colegial en Estados Unidos llegó a la organización jarocha en 2022 para su primera experiencia como profesional en la pelota mexicana de verano y en cuestión de meses se ha convertido en un elemento de confianza en el róster.
En su primera temporada tomó 97 turnos en 44 juegos y bateó para .175 con 14 carreras completadas y 6 producidas; alternando como suplente en varias posiciones, principalmente en las paradas cortas, así como segunda base y los jardines.
La gran oportunidad de Arellano llegó con la desafortunada lesión del estelar venezolano que lo obligó a ser operado y perderse la mayor parte de la campaña. Sin embargo, el cachanilla ha demostrado estar a la altura en una posición que solo había jugado en 19 ocasiones como beisbolista profesional antes de esta temporada.
Ahora en 2023 ha iniciado en casi todos los juegos desde la intermedia aguilista y mantiene un promedio de bateo superior a los trescientos por primera vez desde sus épocas universitarias.
Aunque el propio Arellano acepta que le costó un poco asumir el desafío, el apoyo del club y sus compañeros fue fundamental para sacarse la presión de encima.
“Todos me dijeron que no me tuviera que poner tanto peso sobre mí y que confiara en mi habilidad de poder trabajar y tener la confianza que me trajo aquí”, recordó.
Con la turbulencia que ha sufrido El Águila a media temporada, Arellano sabe que el beisbol es de altibajos y justo en los momentos de dificultad es cuando el apoyo incondicional de la afición debe prevalecer.
“Todos en la liga quieren el campeonato, nosotros tenemos la oportunidad, tenemos el equipo, tenemos el staff de coach. Es nomás seguir trabajando y confiar en cada uno de nosotros”, resaltó.
Aunque ya no está más a cargo del róster, Matías Carrillo dejó una valiosa enseñanza en el joven bateador, el mantenerse concentrado en el plato bajo extrema presión.
“Más que nada la mente, no presionarse tanto buscando hacer algo inalcanzable, él te dice que te mantengas siendo tú mismo y seguir peleando cada turno”, contó.
Así como Arellano es águila de Veracruz también es de Mexicali, donde participó la última temporada invernal de la Liga Mexicana del Pacífico, bateando para .316 en 38 turnos de 16 juegos en total.
“Antes se decía que era la más fuerte (la LMP), ahorita la verdad el nivel es super grande. La experiencia que te brinda, los diferentes coaches que encuentras, las ayudas de diferentes compañeros de equipo, la verdad me funciona mucho”, reconoció.
Con una larga carrera por delante, Carlos asegura que seguirá peleando, trabajado y mejorando para que la experiencia lo acerque a la gran oportunidad que todo pelotero anhela. “(Quiero) buscar el siguiente nivel, firmar con un equipo de grandes ligas, es un sueño para mí, la verdad lo aspiro mucho”, confesó.
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