Terminada la semana electoral en Veracruz se llegó a un balance en la que los partidos políticos considerados en el pasado como mayoritarios, el PAN y el PRI, pasaron al grupo que ellos menospreciaban como la chiquillada, y cuando menos no están en extinción como se vaticinaba. Los únicos que se salvan son Movimiento Ciudadano de Dante Delgado y el PT de Alberto Anaya.
Morena sufrió un serio tropezón así lo califica la gobernadora Rocío Nahle y el Verde Ecologista mantiene su principal bastión con la Riviera de Alvarado, al alejarse del partido en el poder.
Se podría afirmar que los articulistas de los medios impresos les gusta vaticinar triunfos y se equivocaron y los líderes estatales de los partidos sufrieron serios reveses y quedaron como simples floreros excepto los que cumplieron como MC y PT.
La narrativa es fácil si pierdo es fraude, si gano hubo democracia.
La realidad es que los institutos políticos son solo las marcas, los que deciden los comicios son los candidatos, no se les puede culpar a los dirigentes que tienen el papel que desarrolla un entrenador, pero el que gana es el que juega, como ocurre en el boxeo, futbol o cualquier competencia deportiva, el único que participa en las elecciones es el candidato y es el que se lleva la gloria del triunfo o la amargura de la derrota. Los coordinadores de campaña no convencen al elector, el ciudadano él solo es el que decide.
El problema de Veracruz es que una gran mayoría de la ciudadanía no está informada y es la razón de la gran abstención electoral, no saben quiénes son los candidatos.
El cuento de que es un estado muy politizado sólo lo dicen los propios miembros de la clase política.
Para Morena no hay problema para el futuro, se debe dar como un hecho necesario que para el 2027 en las elecciones intermedias donde se cambian varias gubernaturas y congresos locales y se miden las fuerzas de los partidos políticos se contará con el regreso de su líder moral el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, es el único expresidente de México que puede regresar tranquilo a la actividad política, consciente que cuenta con la protección y el afecto de su pueblo y como ocurre siempre se cumple el fenómeno electoral de AMLO arrasa y se gana el 2030.
El presidente norteamericano Donald Trump con su idea permanente de imponer aranceles a todos los países del mundo ha creado un ambiente de una mayor hostilidad de los gobiernos y habitantes del planeta, hasta los propios estadounidenses están en desacuerdo con las absurdas medidas de nuevos impuestos que adopta el inquilino temporal de la Casa Blanca, que ya les afecta de manera directa.
El crear tantos enemigos entre los países que se consideraban aliados empiezan con buscar nuevos mercados y los caminos conducen hacia la nueva potencia comercial que es China y paradójicamente enemiga del mandatario norteamericano.
Tarde o temprano empezaran a escasear los productos que son importados por el pueblo y que requieren las industrias estadounidenses. Graves errores que tendrán sus serias consecuencias.
Vivimos una economía global que depende de la gran mayoría de lo que produce cada nación. Con los nuevos impuestos cuestan más caros y llegará el momento que el descontento popular estalle.
Todo mundo sabe quién es el único culpable.
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