La pérdida del registro para el Partido de la Revolución Democrática en México y en Veracruz a punto de oficializarse, dado que esta mermada fuerza política no alcanzó el 3 por ciento de los votos.
En un ejercicio de autocrítica, el dirigente nacional del partido, Jesús Zambrano, reconoció de forma reciente los errores cometidos por la alianza PAN-PRD-PRI en las elecciones del dos de junio pasado; dijo que la oposición careció de estrategia, y que en las campañas se dejaron llevar por la ilusión de las plazas públicas repletas.
Lo cierto es que para los opositores a la 4T, 2024 significó una lección sobre los riesgos que implica el evidente divorcio entre los partidos políticos y la sociedad.
En el ámbito nacional, elección para diputados federales, la oposición –incluyendo a Movimiento Ciudadano– sólo ganó en 40 de los 300 distritos en disputa.
Entre los cuatro partidos opositores, el PAN fue el que mejores cuentas presentó, aunque apenas superó el 17 por ciento de los votos totales; el PRI se quedó en 11.2; y MC, en 10.9.
La única fuerza política nacional que perdió su registro fue el PRD, partido que apenas llegó al2.5 por ciento.
En ninguna de las tres elecciones federales, este partido fundado en 1989 logró el 3 por ciento: en la contienda por el Senado, el porcentaje fue de 2.3; y en la presidencial, de 1.9.
Esa tendencia fue similar en Veracruz: en la elección por la gubernatura, el PRD obtuvo 2.4 por ciento; y en la de diputados locales, 2.6.
Sólo en Guerrero el Sol Azteca logró mantener el registro, y seguirá como partido político local; en el resto del país, este partido será parte del pasado. Únicamente vivió 35 años, de los cuales 15 naufragó en un mar de mediocridad.
En Veracruz, como en todo el país, el perredismo se mantuvo vigente desde su fundación hasta el 2004, cuando con Dante Delgado como candidato a gobernador superó el 28 por ciento de los sufragios totales. A partir de ahí comenzó la debacle del perredismo veracruzano: en las intermedias de 2007, el Sol Azteca únicamente ganó 15 alcaldías de las 212 en disputa; y en 2010, también con Delgado como abanderado, la votación se desplomó a niveles irrisibles: 12.9 por ciento.
En 2016, este partido se convirtió en parte del gobierno estatal veracruzano, al aliarse con Acción Nacional, pero esta coalición terminó por significar la tumba para el perredismo: miles de militantes y simpatizantes emprendieron el éxodo político para sumarse a una nueva expresión política, Morena.
Hoy, ante la pérdida del registro y de las posiciones plurinominales, la dirigencia y los cuadros más destacados del desaparecido PRD plantean la necesidad de una refundación. Veremos cómo les va en esa cruzada, pero de entrada, el escenario a futuro no podría ser menos alentador para esa causa, a la que la sociedad terminó por dar la espalda en 2024.
El regreso de este partido parece muy poco probable, sobre todo porque no existe antecedente de una fuerza política que habiendo perdido el registro se haya refundado con éxito.
@luisromero85
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