Todavía, hasta a finales del sexenio del ex gobernador Javier Duarte –el último de extracción priista–, había al menos un miembro del Comité Directivo Estatal del PRI que presuntamente percibía un sueldo de 300 mil pesos mensuales.
Obviamente este sueldazo no se cubría con las inexistentes cuotas de la militancia del partido tricolor sino con recursos de las arcas públicas del gobierno del estado.
Ocho años después, y luego de la aplastante derrota en las elecciones locales y federales del pasado 2 de junio, compensaciones estratosféricas como ésta ya son parte de la historia del ex partidazo que jamás se reeditarán.
Y es que el PRI no solamente vive una crítica devaluación electoral con la pérdida de millones de votos, sino que también está por sufrir otra desbandada de militantes –la segunda en un año– y, además, deberá enfrentar una fuerte sangría en sus finanzas partidistas por las sanciones económicas que está por aplicarle el INE por anomalías en los gastos de campaña del proceso electoral 2023-2024.
Ayer, el diario Excélsior publicó que pesar de tener oficialmente un millón 411 mil 889 militantes, durante el año 2023 sólo ocho priistas aportaron dinero al partido, por un total de 89 mil pesos y en 2022 lo hicieron cuatro, por 113 mil pesos, lo que forma parte de la crisis económica que vive el PRI, que en seis años ha perdido el 95.7% de su dinero en bancos, al pasar de 84.6 millones de pesos a 3.6 millones de pesos.
El mismo diario capitalino, en su columna Frentes Políticos, afirmó que el instituto tricolor, cuya hegemonía duró siete décadas, ahora está en picada. “Desde que perdió la presidencia en 2018, sus ingresos han caído un 96 por ciento. Alejandro Moreno Cárdenas, en sus primeros cuatro años al mando, vio cómo los ingresos del partido se desplomaron un 36 por ciento. Coahuila y Durango son sus únicos bastiones, pero, a este ritmo, no le durarán mucho. El déficit del partido ha pasado de 36 a 17 millones de pesos. Los militantes, cada vez menos, apenas contribuyen. Sólo 600 dieron aportaciones este año. El tricolor se desmorona, dejando claro que el viejo dinosaurio ha perdido su rugido y su billetera. Es, claramente, el fin de una era. El ocaso tiene nombre y apellido.”
El sábado anterior, el diario La Jornada publicó que según cálculos preliminares de la Unidad Técnica de Fiscalización (UTF) del INE, que aún estaban en revisión por la Comisión de Fiscalización, estaban por sancionar con 185.9 millones de pesos a los tres partidos de la coalición Fuerza y Corazón por México por irregularidades en ingresos y gastos de campaña de contiendas federales (Presidencia de la República, diputaciones y senadurías). De ese monto, el PAN sería sancionado con 99.1 millones, PRI con 47.9, y el PRD con 38.8 mdp.
Sin embargo, al día siguiente, en la sesión de la Comisión de Fiscalización se determinó aumentar la multa para los gastos no comprobados, señalando que éstos se sancionarán con 100 por ciento del monto involucrado, en vez del 50 por ciento que se había acordado en la propuesta original.
¿Aún así habrá algún priista valiente en Veracruz que aspire a suceder a Adolfo Ramírez Arana en la dirigencia estatal del PRI?
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