Con una población superior a los 200 mil habitantes, Poza Rica se posiciona como el quinto municipio más poblado de Veracruz. Durante décadas, este lugar, cabecera de una zona metropolitana que abarca Cazones, Coatzintla, Papantla y Tihuatlán, fue sinónimo de progreso gracias a los beneficios derivados de la industria petrolera, que aportó bienestar a una región con más de 520 mil habitantes.
Hoy en día, sin embargo, Poza Rica ha dejado atrás la etapa de rápido crecimiento; su economía se encuentra estancada.
Este estancamiento ha provocado el cierre de numerosos establecimientos comerciales.
Los indicadores oficiales reflejan una tasa de analfabetismo del 6.2%, un rezago educativo del 26%, y un aumento en las denuncias por robo, violencia familiar y narcomenudeo.
A pesar de que la Secretaría de Bienestar clasifica a Poza Rica como un municipio de muy bajo grado de marginación, cerca del 20% de su población enfrenta carencias sociales significativas; aproximadamente el 50% vive en condiciones de pobreza, y el 10.4% se encuentra en situación de pobreza extrema. Además, más de 20 mil personas viven en condiciones de hacinamiento; y 7 mil, en viviendas con piso de tierra (según datos actualizados a 2023).
Desde hace 15 o 20 años, cuando comenzó el declive de la industria petrolera nacional, la economía de Poza Rica ha enfrentado una caída libre que aún no ha logrado superar.
El comercio está experimentando bajas ventas, y muchos establecimientos han cerrado, al igual que diversos giros relacionados con los servicios. Los hoteles y restaurantes, que en el pasado solían estar llenos, ahora enfrentan una grave crisis.
A falta de inversiones recientes, el anuncio de la construcción de una planta de fertilizantes en Poza Rica ha generado esperanza entre los residentes.
En su conferencia de prensa del viernes, el presidente López Obrador confirmó la construcción de esta planta, que promete revitalizar la zona metropolitana.
El mandatario destacó la inversión de la trasnacional Mota Engil, subrayando que se dispone del gas necesario para producir amoníaco, agua, terreno y ductos.
“Va a ser una muy buena obra. No tuvimos tiempo de iniciarla y concluirla, pues nos tocó levantar las plantas que los gobiernos anteriores adquirieron a precios elevados. Estas plantas ya están produciendo fertilizantes. Estamos entregando un millón de toneladas a dos millones de productores del campo de manera gratuita”.
En julio pasado se anunció que la planta se construirá en las instalaciones del antiguo complejo petroquímico Escolín, con una inversión de aproximadamente 1,200 millones de dólares, lo que garantizará la creación de al menos 3 mil empleos.
Sin embargo, la derrama y la creación de empleos no serían los únicos beneficios para esta región, dado que la citada industria podría atraer más inversiones.
Este anuncio, y las nuevas plazas laborales que representa, son la mejor noticia que ha recibido en más de una década esta zona metropolitana, que actualmente enfrenta abandono y condiciones económicas lamentables.
@luisromero85
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