En unas semanas concluirá el periodo de Marlon Ramírez Marín al frente del Comité Directivo Estatal del PRI.
Al margen de los resultados obtenidos por el PRI en el proceso local electoral de 2021, cuando participó en las elecciones en coalición con PAN y PRD, llama la atención que en todas las encuestas difundidas hasta hoy sobre la sucesión en el gobierno estatal, el tricolor se encuentra muy rezagado.
Si no existiera la posibilidad de una alianza con otras fuerzas políticas de cara a 2024, los priistas no tendrían la mínima posibilidad de competir. Digamos que su participación en ese proceso sería más bien testimonial.
Sin embargo, coaligado con panistas y perredistas, y muy probablemente con MC, las probabilidades del PRI se disparan.
En ese maro se llevará a cabo el proceso de renovación de la dirigencia estatal priista.
Hasta hoy sólo se han manejado básicamente tres nombres: el ex alcalde de Oluta y ex diputado local Fernando Kuri; el ex presidente municipal de Paso de Ovejas, Adolfo Ramírez; y el ex alcalde de Cosoleacaque y ex diputado Cirilo Vázquez.
Son trayectorias muy parecidas, pero diferentes perfiles.
Al interior del PRI hay voces que plantean la necesidad de una consulta a la base para contrarrestar la imagen de un partido donde el dedazo es la marca de la casa.
Si el PRI define a su próximo dirigente mediante ese método, Ramírez Arana no tendría posibilidad alguna, sobre todo observando el abandono en que tiene a la CNOP; si no puede con el sector popular, mucho menos con el PRI entero.
Ramírez Arana es un cuadro regional, sin mayores alcances.
En otro carril de esa carrera interna se encontraría Cirilo Vázquez Parissi, a quien se ha vinculado con la dirigencia nacional, tan rechazada por el priismo local.
Aparece también la figura de Fernando Kuri, de quien sus simpatizantes anticipan que podría dar la pelea, sobre todo porque al interior no es un personaje mal visto.
En una fuerza política donde la división interna ha prevalecido particularmente en las últimas dos décadas, Kuri tiene el mérito de no estar enfrentado con ningún cuadro del partido.
A esos nombres podría sumarse el del dirigente regional de la CTM, Carlos Aceves Amezcua, quien en dos anteriores procesos internos ha levantado la mano para intentar llegar al Comité Directivo Estatal, probablemente con el padrinazgo del Carlos Aceves del Olmo, secretario general del comité nacional de la mayor organización sindical de México.
Aunque hay quien afirma que en abril se llevará a cabo el proceso interno por la dirigencia, quienes conocen los entretelones del tricolor apuntan que la renovación del Comité en Veracruz podría alargarse hasta el mes de agosto, una vez que la principal carta, la propuesta priista para encarar la sucesión por la gubernatura esté perfilada.
En pocas palabras, quien sea propuesto para representar al priismo en la posible alianza opositora llevará mano a la hora de la selección del próximo dirigente estatal.
Al ser la de 2024 una elección concurrente –se renueva la Presidencia, el Senado, y las diputaciones federales y locales– las candidaturas se decidirán en las instancias nacionales, no en Veracruz. Aun así, la voz del próximo dirigente estatal priista, aunque no definitoria, será escuchada en esas instancias. @luisromero85
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