Inventan delitos a inocentes para aumentar percepción de seguridad

En los últimos días, la agresión de policías del Estado de Veracruz a ciudadanos se ha incrementado notablemente.

Al menos así lo hacen ver las denuncias públicas y las que se presentan en organismos como la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

La comisión de delitos de la Policía Estatal de Cuitláhuac García tiene que ver con un modus operandi bien estructurado que busca, entre otras cosas, incrementar aceleradamente el número de detenciones y consignaciones por delitos graves imputando en la mayoría de los casos a personas inocentes.

“La técnica operativa” no solamente incluye a la policía estatal; es claro el contubernio de jueces —no todos— y fiscales para redondear una detención grave que influya positivamente en las cifras de combate al hampa.

Hay una estrategia clara y contundente para incrementar las cifras de aprehensiones, impactando de manera favorable los porcentajes de la percepción de inseguridad que se viven en muchos municipios del estado, sobre todo en Coatzacoalcos.

El esquema, la estructura de trabajo de los policías estatales, fiscales y jueces invariablemente es así.

Por lo regular, la detención de algún “generador de violencia” ocurre al azar en la mayoría de los casos.

Al presunto “delincuente” se le aborda de manera tranquila, se revisa su auto, su documentación y en algún momento se le esposa y se le detiene para ser trasladado a las instalaciones del ex penal de Palma Sola.

La unidad revisada es abordada -ilegalmente- por dos elementos y trasladada junto con el detenido.

¿Y el delito del que se le acusa en ese momento?

Cuando bien les va, les dicen que son detenidos por “ultrajes a la autoridad”, cuando en todo momento fueron amables y permitieron a los policías la revisión de sus documentos y su vehículo.

El motivo de la detención siempre es inventado, pero en primera instancia no es grave.

CAMBIAN DATOS DEL IPH

Sin embargo, en pocos minutos todo cambia con la redacción del Informe Policial Homologado (IPH).

El IPH es un documento oficial que registra de manera detallada y estandarizada las acciones realizadas por las fuerzas policiales durante una detención. 

Este informe incluye información esencial sobre el detenido, como su identidad, el lugar, la fecha y la hora de la detención, así como las circunstancias y procedimientos seguidos por los agentes. 

El IPH asegura la transparencia y la uniformidad en la documentación de eventos policiales, facilitando la supervisión y el control de las operaciones de seguridad pública; sin embargo, en los últimos meses cuenta historias diferentes.

En este informe, que debiera llevar originalmente la presunta comisión del “delito de ultrajes a la autoridad”, es cambiado normalmente por un menú donde el inocente “pasa a ser un generador de violencia peligroso” para el municipio donde es detenido. 

Y aquí es donde ocurre “la magia” para convertirlos en parte del crimen organizado a los detenidos.

El IPH cambia el lugar y la hora de la detención inicialmente, luego documenta falsamente que la persona aprehendida “portaba arma, disparó a los policías al evitar detenerse en un retén y al ser capturado, se le encontraron más armas, drogas y cartulinas alusivas a la delincuencia organizada”.

Esa es la parte que le toca a la policía estatal para que luego lleguen los fiscales a presentar la denuncia que en algunos casos es validada por jueces. 

Estos casos de detenciones ilegales, y donde se inventan delitos, llegan a ocurrir hasta ocho veces al día en ciudadanos inocentes de algunos municipios.

Y esa es la manera como la Fiscalía General del Estado (FGE) y Cuitláhuac García Jiménez logran “bajar sus índices” en el combate a la delincuencia.

Hay muchos casos documentados sobre el tema, ya pronto saldrá a la luz alguno que otro que ocurrió en el municipio de Coatzacoalcos.  

AL OÍDO

Al igual que al ‘Guille’ Franco, jugador de fútbol argentino que llegó a la Selección Mexicana, al delegado de Pepe Yunes, del mismo nombre, le ha tocado sortear patadas, codazos y empujones por la espalda durante su estadía como operador político en la zona sur.

Es el hombre de más confianza en esta zona del nativo de Perote.

Un espacio territorial que conoce desde hace tiempo, pero quizá hoy como nunca le tocó convivir de manera directa con serpientes venenosas, animales ponzoñosos, vividores de la política, escorpiones de la intriga y uno que otro insecto que se cree la mortal “viuda negra”.

Y es que, al igual que en otros lados, en Coatzacoalcos, durante la temporada electoral, aparece cada alimaña que, aunque pudiera estar dentro del mismo equipo político, termina siendo un dolor de cabeza.

Y a Memo Franco le tocó lidiar con todas estas especies en estos últimos meses. De ahí que la labor realizada tenga calificación probatoria, al menos en haber unido a diversos grupos que les gustaba hacer política de manera individual y siempre veían al de enfrente con recelo.

Hoy están ahí, caminando de la mano en el proyecto de Pepe Yunes, gracias a la labor de Memo Franco. 

Un buen bono de insalubre deberá cobrar este operador de Pepe Yunes una vez terminada la contienda o al menos ir a desintoxicarse del veneno local a alguna playa de Indonesia por un par de meses, sea cual sea el resultado.

joluperezcruz@hotmail.com