Antes de morir, el actor y comediante Héctor Suárez alzó su voz crítica y con un riguroso sarcasmo, subrayó, muy a su estilo, la abulia social de los mexicanos. Padecen, dijo, el síndrome de “Los Tecolines” (trio romántico de enorme popularidad): ansiedad, angustia y desesperación.
Y todo por la irresponsabilidad de los malos gobiernos.
El colega periodista Julio Hernández (Astillero) le preguntó: ¿De los presidentes de la República que has visto actuar, cuál te ha parecido el más nefasto?
“Todos, todos son nefastos, unos mequetrefes, engañifas, mentirosos. A todos he conocido por mi carrera. Unos son inteligentes, lástima que esa inteligencia la utilicen para (hacer) el mal. Nos siguen mintiendo. Se comercia con la pobreza, con la ignorancia. Me da miedo todo lo que se está generando. Somos un país de rodillas, habría que quitarnos las rodilleras y echarle huevos para que hablemos”.
Considerado una de las figuras más representativas de la comedia, a sus 81 años tenía en mente producir -a través de la comedia, del gran guiñol, de la sátira, de la burla-, un programa libre, plural, de todas las voces, para ayudar al pueblo; es urgente que conozcan sus derechos y también sus obligaciones, decía.
El autor de la columna Astillero le interrogó si tenía confianza y esperanza en López Obrador, y el ícono del humorismo respondió:
“Quiero tenerla, necesito creer en alguien, pero a cada rato hay contradicciones extrañas. Un día dicen una cosa y al rato dicen otra y todo esto crea una angustia; hace pensar, dudar, sufrir. Llevas 18 años diciendo que nadie por encima de la ley, y la ley no la ejecutas, no la llevas a cabo”.
El virtuoso comediante reveló al comunicador que AMLO nos está fallando cada mañana, parece que siempre está feliz en la contienda. Hasta ahorita no he visto que conteste una pregunta, las evade habilidosamente.
Y no veo a un periodista que tenga los “cojones” para decirle no me hable del pasado, echar la culpa a sus antecesores me parece una salida mediocre, facilista. Hay que tener humildad para recular y escuchar porque no eres perfecto, la puedes estar regando en algo, puntualizó el creador del personaje “Flánagan”.
En diferentes épocas, pero en un ambiente político igual de crispado, Héctor Suárez nos hace recordar a Jesús Martínez “Palillo”, uno de los más críticos del ejercicio político quien, con sátiras y burlas informaba a la sociedad de los abusos del poder.
Con agudo ingenio y letrado discurso, el llamado “Rey de la Carpa”, presentaba “El retrato de Dorian Buey”, “Agarren a López por pillo” y “Cuna de robos”, entre otras genialidades. Se ganó el aplauso de un México que despertaba su deseo de analizar el ejercicio de la autoridad en un escenario de poca tolerancia a la crítica política.
El creador del personaje “Doña Márgara”, enfadó también a presidentes de la República que no aceptaban su criterio de “inmediatez temática” que lo hizo transitar valientemente por caminos vinculados a la sátira política.
Salinas, se molestó por una supuesta calumnia.
De la Madrid le prohibió ¿Qué nos pasa?
Y Peña Nieto lo amenazó de muerte.
Fue y será siempre un genio de la industria de la comedia.
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