Las finales continentales del domingo, con España, Inglaterra, Argentina y Colombia, han dejado momentos imborrables para la historia del futbol. Estos partidos no solo destacan por su espectacularidad, sino también porque ofrecen una valiosa oportunidad para evaluar el desempeño de los equipos a mitad del ciclo mundialista. En el caso de los campeones, los resultados hablan por sí mismos.
España se encuentra en una segunda época dorada. Diez años después de no avanzar de la fase de grupos en Brasil 2014, hoy son considerados una de las selecciones que mejor despliegan su futbol a nivel mundial.
Con una mezcla de experiencia y juventud, han logrado un equilibrio perfecto que los posiciona como favoritos para ganar la próxima Copa del Mundo. La solidez defensiva, el control del balón y la creatividad en ataque son características que han vuelto a definir el juego español. La gestión del entrenador y la profundidad del equipo han sido claves para este resurgimiento.
Argentina ha demostrado que su ambición por ganarlo todo sigue intacta. Con su cuarto trofeo en tres años, la selección albiceleste ha dejado atrás la amarga época que vivieron jugadores como Messi y Di María.
Este éxito reciente es testimonio del trabajo continuo y la capacidad de reinvención del equipo. La combinación de talento joven y la experiencia de los veteranos ha creado un equipo formidable. Lionel Scaloni ha logrado mantener al grupo motivado y enfocado, lo que se refleja en su desempeño en el campo.
Colombia fue el equipo más entretenido de la Copa América, mostrando un futbol de altísimo nivel que puso contra las cuerdas al campeón del mundo. No asistieron al Mundial anterior y no jugaban una final de este torneo desde 2001, lo que resalta aún más su notable progreso.
La habilidad técnica y la capacidad de generar juego ofensivo han sido sus principales armas. Este desempeño promete un futuro brillante si continúan en esta senda, consolidándose como una de las fuerzas emergentes del fútbol sudamericano.
En contraste, México no ha mostrado muchos avances a dos años de la Copa del Mundo que organizará. Con un panorama incierto, rumores de la llegada de Javier Aguirre como nuevo seleccionador y una escasez de talento que parece no tener fin, el futuro se vislumbra poco optimista.
La Selección Mexicana parece no tener pies ni cabeza. El verano futbolero fue un tormento para el ‘Tri’, y está a punto de costarle el trabajo a Jaime Lozano. El funcionamiento ha ido de mal en peor, y en cuestión de resultados, la primera parte de 2024 ha sido para el olvido.
El primer semestre de 2024 tenía para México el reto más importante antes del Mundial 2026: la Copa América. Los primeros seis meses se planearon para llegar de la mejor manera a la justa continental, pero los resultados no llegaron.
En ocho partidos disputados en lo que va del año, el ‘Tricolor’ tiene una marca de tres victorias, un empate y cuatro derrotas. Entre juegos amistosos, Nations League y Copa América, los resultados han sido fatídicos.
Las únicas tres victorias de México fueron ante Panamá (semifinales de Nations League), Bolivia (amistoso) y Jamaica (Copa América). Las derrotas, en cambio, han sido humillantes. Estados Unidos, en la final de la Concacaf Nations League, fue ampliamente superior. Uruguay les dio un repasón en un amistoso, y aunque mostraron mejor cara frente a Brasil, el resultado fue el mismo. En Copa América, el peor escenario se dio con la histórica derrota ante Venezuela, que los eliminó del torneo.
Estos resultados reflejan un año desastroso para México, que necesita una reestructuración urgente y una nueva dirección para encarar el Mundial de 2026 con posibilidades reales de competir.
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