Muy pronto el ave parisina abrirá sus alas en las que ha cobijado a Nury Alessa para depositarla en los brazos de sus padres, Nuri y Alex, quienes al igual que los abuelitos, ya están en la espera de la cigüeña para prodigar ese amor que han estado guardando para la pequeña nena que hará que el aroma de la casa de esta bonita pareja tenga una peculiar fragancia, esa que se adentra en los sentidos y permite traer consigo la esencia de la nena en todo momento. La espera ha sido larga pero gratificante, pues en breve, acunarán en su regazo a la pequeña que llegará a consolidar el amor que sus padres se juraron ante el altar. El llanto más esperado está por escucharse y la sonrisa de papás que están a punto de esbozarse en su rostro. Será un lindo arribo.