No hay ninguna explicación de la demora del senador Dante Delgado Rannauro para designar quien será su candidato presidencial de Movimiento Ciudadano para las elecciones federales del mes de junio del próximo año, si no fuera Marcelo Ebrard, el único al que le tiene confianza para ganar es a sí mismo.
El exgobernador de Veracruz está consciente que tiene posibilidades de ganar con su persona el sueño de todo político mexicano de llegar a la Presidencia de la República.
Ha tenido los mejores maestros el propio mandatario Andrés Manuel López Obrador considerado como el mejor presidente de México con quien trabajó muy de cerca en dos intensas campañas federales, la última que perdieron en el 2006 por un reconocido fraude electoral y cuenta también con la madurez y sapiencia del hombre leyenda Fernando Gutiérrez Barrios que lo dejara como su sucesor en el estado de Veracruz.
Un alumno que ya maduró y que ha logrado convertir a su partido político como la segunda fuerza electoral del país al contar con los importantes gobiernos de Jalisco, el tercero en el padrón electoral y Nuevo León, el primero en el terreno industrial.
Para Veracruz llegó la hora de tener un presidente originario de la entidad como lo fueron Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines.
Algo importante en la actividad política son los tiempos que se viven en México y las circunstancias de la polaridad existente entre el Frente Amplio y de Morena con sus partidos aliados.
Para el hombre de Alvarado sabe que es su gran oportunidad de su vida política y que no la puede dejar pasar. Ha pasado noches de insomnio madurando la idea y para todos aquellos que buscan un cambio radical es Dante Alfonso Delgado Rannauro, él que se perfila como el conciliador de las corrientes progresistas de izquierda, como los de la derecha que rechazan a los extremistas del conservadurismo.
Sería un gobernante conciliador como intermedio de la nueva época que quieren vivir de más de 138 millones de mexicanos del próximo sexenio.
Aquello de que llegó el tiempo de las mujeres podría tener una pequeña demora.
Julen Rementería del Puerto, senador de la República y aspirante a la gubernatura de Veracruz, se volvió el principal promotor para que en la entidad veracruzana la encuesta sea el método de elección del candidato que abanderará el Frente Amplio por México.
En un par de días sumó a su discurso a los aspirantes priistas, fichas con elevado valor político que por están en el ánimo de que el mejor evaluado deberá ser el candidato que aparezca en las urnas, en representación del Frente: Anilú Ingram, Héctor Yunes y José Yunes Zorrilla.
Por supuesto, el senador panista se dice más que puesto y ya alborotó el gallinero de la oposición.
Sin embargo, no contaba con que Federico Salomón, dirigente estatal del PAN daría manotazo al afirmar que la alianza en Veracruz no está amarrada y será hasta noviembre cuando se hable del tema a nivel local. Y a quien no le guste, que soporte.
No hay que olvidar que los únicos aspirantes que no se han pronunciado al respecto son los del Clan Yunes, los azules, pero tampoco pasar por alto que Federico Salomón es una ficha que mueven a su antojo, por lo que su postura es la de ellos y hasta parece que quisieran amagar con cortar la alianza si ninguno de su tribu es elegido.
Se quedarán con las ganas, pues si los nombres antes mencionados cierran filas, no les alcanzará ni para mantener el control en la dirigencia estatal de cara a las elecciones del 2024.
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