En un estado donde cada día las mujeres luchan para ser tomadas en cuenta y poder tener una vida más activa en la toma de decisiones políticas, económicas y sociales, para así vencer al machismo, el Frente Amplio por México saca su espada conservadora y buscará retomar su poder poniendo a un hombre para competir por la gubernatura de Veracruz en el proceso electoral del 2024.
Algunos pensaron que era el tiempo de las mujeres en Veracruz, sin embargo, para el Frente posiblemente no lo será, luego del anuncio del dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, donde dice que buscarán ganar la gubernatura con un candidato hombre del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En este Día de Muertos, Acción Nacional busca revivir a un partido que dejó destruido al estado de Veracruz y que prácticamente murió en toda la República Mexicana.
Aunque aún no hay posicionamiento de ningún político, se espera que las mujeres que levantaron la mano para buscar la gubernatura luchen por estar en la lista de candidatas en el 2024, de lo contrario, seguirán trabajando en un PANtriarcado.
El escenario político en Veracruz ha sido sacudido por la reciente designación de Adolfo Ramírez Arana como dirigente estatal del PRI. Este nombramiento, atribuido al llamado “dedazo” del líder nacional Alejandro Moreno, ha generado una profunda insatisfacción entre los priistas locales.
Guadalupe Vladimira Ochoa Candiani, miembro de la CNOP en Veracruz, encabezó un grupo de priistas que se congregó a las afueras de la sede del PRI Municipal en la avenida Netzahualcóyotl, en el centro de la ciudad. Su objetivo era expresar su descontento ante lo que consideran una imposición desde el centro del país.
Acusaron que las nuevas figuras en el partido han actuado con total desdén hacia la militancia, incumpliendo promesas y tomando decisiones de manera unilateral. Lamentó que las dirigencias nacional y estatal permitieran que venciera el plazo legal para convocar a un proceso interno de selección del sucesor de Marlon Ramírez Marín, lo que culminó en la designación de Ramírez Arana.
No cabe duda que los tiempos electorales ya están muy cerca, se respira el ambiente, muestra de ello es la reciente llegada de la alcaldesa de Veracruz, Patricia Lobeira, en un camión urbano a la inauguración de una calle en Las Palmas del Coyol. Darse baños de pueblo en un camión que -a decir de la gente del palacio municipal- fue lavado y hasta desinfectado y, que, además, se encuentra en muy buenas condiciones y se hizo acompañar de gente perfumada y bien arreglada, pues no tiene chiste.
Bueno hubiera sido subirse a un camión cualquiera, que seguramente iba a estar sucio, con tubos que apenas cuando los alcanzas a agarrar porque el chofer ya dio un frenón o un arrancón, pegajosos, con asientos sucios y rotos. Es más, algunos hasta sin asientos o con las sillas despegadas, apenas sostenidas por un tornillo y con un chofer de esos que cuando le hace la parada una persona de la tercera edad hasta acelera más, o cuando un estudiante le pide boleto escolar le pone mil pretextos para cobrarle el boleto completo.
Ahí sí hubiera sentido la alcaldesa lo que un ciudadano de a pie, uno común y corriente, sin privilegio alguno. Quizá debiera seguir el ejemplo de aquel alcalde que para hacer su campaña se subía a todos los camiones, Ávila Camberos, sin importarle que los camiones iban todos llenos de gente sudada, que seguramente no olía a perfume como los acompañantes de la señora alcaldesa.
Quien ahora emitió un informe de los daños por el norte, al estilo Evelyn Salgado con el huracán de Acapulco. Una copia mal hecha.
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