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Columna:

El Decálogo del Bien Morir

2024-08-23 | 07:06 a.m.
El Decálogo del Bien Morir
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Platicar con la doctora Xóchitl Moreno Uscanga, especialista en Tanatología Clínica con cursos y diplomados en psicología y neurociencias, es sumergirse en el conocimiento para entender el dolor ante la pérdida de un ser querido.

El miércoles pasado, en el programa Diálogos, arrojó muchas luces sobre la importancia de la tanatología en la vida diaria.

No solo tiene implicaciones cuando alguien cercano fallece, sino también en las separaciones amorosas, incluso hasta en la pérdida de una mascota.

La intensidad del duelo se mide de acuerdo al vínculo que se haya tenido con quien ya no esté con nosotros.

Muchas historias por contar, se abordarán en otra entrega, pero, sin duda, fue imperdible el Decálogo del Bien Morir que dio a conocer, que es de su autoría y está registrado.

Vale la pena compartirlo, porque muy pocos en esta vida, sin importar el poder económico o social,  están preparados para transitar a otro espacio.

Aquí el texto de la doctora Moreno Uscanga:

1.- Tienes el derecho a que se te diga tu diagnóstico. –Muchas veces los familiares llevan al médico al paciente, les hacen los estudios y, ante un diagnóstico de una enfermedad crónica o terminal, prefieren callar y no decirlo, pensando que el paciente va a caer en depresión y que puede morir por esto y no de la enfermedad, y ahí van cargando con el peso de esa responsabilidad que al final del camino desata algo llamado Síndrome de Champagne. Por supuesto, si el paciente no desea saberlo, también se respeta su decisión.

2.- Tú decides qué hacer con tu diagnóstico. – Si decides conocer tu diagnóstico y el médico o tus familiares te lo han informado, tú decides qué quieres hacer con ello, qué postura vas a tomar ante la vida: la de víctima, reclamándole a Dios, a la vida, o la de responsabilidad. Ya tengo esto, ¿ahora qué voy a hacer con esto que me está pasando?

3.- Tienes el derecho a un cuidado humanizado.- Si estás enterado de tu diagnóstico, tienes la facilidad de organizar cómo, cuándo y quién te podrá dar los cuidados paliativos, bien sea algún familiar o algún especialista de la salud, siempre apoyado con la información médica adecuada. También puedes elaborar tu voluntad anticipada, la cual es la petición libre de ser sometida o no a medios, tratamientos o procedimientos médicos que propicien la vida aun a costa de sufrimiento.

4.- Aférrate a la creencia que tengas. – Bien sea que creas en Dios, en el universo, en una fuerza suprema, en lo que sea que creas, aférrate a ella pensando que todo será para bien y mejor. Muchas veces no queremos trascender por el miedo al más allá, confía en que todo será para bien.

5.- Cuestiónate y respóndete las preguntas existenciales de vida: ¿Quién eres? ¿Por qué y para qué estás aquí en la Tierra? – ¿Cómo podemos entender la vida si no hacemos consciencia de quiénes somos? ¿Para qué estamos aquí? ¿A poco nada más venimos a nacer, crecer, reproducirnos y morir?

6.- Escribe la historia que te has contado toda tu vida. – ¿Cuál es la historia que te cuentas? Escribe desde que empezaste a tener uso de razón hasta el presente, todo aquello que has vivido, lo bueno y lo no tan bueno, narra toda tu historia. También, a la par, puedes elaborar una bitácora del duelo que estás viviendo. Escribe, contacta con tu interior y deja salir las emociones, permíteles que se expresen y puedan fluir en ti.

7.- De esa historia que te cuentas, define tus heridas: aquello que te dobló, que te arrastró. ¿Quién lo hizo? ¿Cómo lo hizo y qué te hizo sentir? ¿A quién le hiciste qué? Escríbelo en una hoja aparte.

8.- Toma la decisión de sanar. – De todo aquello que te ha ocasionado dolores en el alma, que te ha hecho tal vez sentir culpa, rencor, odio, palabras no dichas, etc., y también cosas que tú hayas hecho a otros, tienes dos opciones: 1.- Seguir igual, 2.- Tomar la decisión de sanar esos dolores del alma y ponerte en paz contigo misma y con los demás. Hay personas que se acercan a su fe, otras acuden a terapia, recordando que la terapia ayuda a encauzar el pensamiento para que veas las cosas desde una perspectiva diferente y puedas irte tranquila llegado el momento.

9.- Organiza tus cosas personales. – Realiza tu testamento, pon en orden tu patrimonio si es que lo tienes, decide si así lo deseas cómo quieres tu funeral y permítete sentir el amor en toda su plenitud, sonríe, llena tus ojos de todo lo que ves, llénate de gratitud ante la vida.

10.- Aplícate, porque tú solito harás ese switch de este plano de existencia a otro. – No habrá nadie que vaya contigo, que te acompañe en ese cambio de plano, ni los amigos, ni la familia, ni el dinero, nada, absolutamente.

Recuerda que al final del camino el verdadero éxito del ser humano no son los millones, la fama y la fortuna, que si lo tuviste ¡qué padre! Pero realmente es cuánto te transformaste a ti mismo; ese es el verdadero éxito, cuánto de aquello que dolió pudiste transformarlo en aprendizaje, sabiduría y amor hacia ti y a los demás, haciendo lo mejor que pudiste con los recursos que tenías.


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