“No puede haber desarrollo sino hay una vereda real”, y esto lo sabe bien Doña Rocío Nahle, que acaba de anunciar que debe ser productivo el trabajo en el campo.
Así es como se entiende que la Sedarpa —a quien la Gobernadora le habrá de asignar más recursos—, Segob, Sedecop, Sefiplan, Siop, Stpsp, Turismo, Cultura, Sedema, Sectur, Cultura y CGE, al menos, habrán de ser las dependencias a través de las cuales el sector agropecuario, a cargo de Rodrigo Calderón, ahí se articularía, para maximizar y potenciar la producción que evite la migración, pero sobre todo, que genere economía en los hogares y en la población veracruzana en su conjunto.
Las dependencias citadas cuentan con los elementos y las herramientas necesarias que las convierten en la espina dorsal del desarrollo agropecuario, rural y pesquero, pero, armonizando acciones con el comercio, la industria, turismo, cultura y la actividad portuaria, las secretarías de cultura —de reciente creación— y turismo, estarían en la distribución de cargas por tareas institucionales ligadas al campo.
Justamente en ese sentido, también se concatena la Sedarpa con el segmento carretero, ferroviario y aéreo, sin descontar otros sectores de la estructura del gobierno en el estado, como la Seguridad Pública, y los niveles federal y municipal.
La Sra. Nahle habrá de potenciar los talentos en su equipo y buscará entroncar una serie de facilitadores para el desarrollo, pues de entrada, como ingeniera, sabe mejor que muchos que la línea recta es la ruta más corta para llegar a otro punto, y así, resultar la mejor empleada del pueblo, como se asume en términos de la responsabilidad que le dio el voto popular, según lo señaló hace unas horas en gira de agradecimiento.
La gobernabilidad y la seguridad ciudadana también transitan por el solar veracruzano, de ahí que la Segob y la SSP irían de la mano con la Sedecop.
No menos importante es la Contraloría General —donde Ramón Santos Navarro es garantía de trabajo y buenos resultados—, quien como sector globalizador jugará el rol de control y fiscalización que dote de los mejores termómetros de evaluación y transparencia a las entidades públicas y a los servidores públicos, vigilando que se ejecuten correctamente los conceptos y presupuestos, así como las partidas programadas, con pleno respeto a la rendición de cuentas, como ha reiterado la Gobernadora Nahle.
Y por cierto, hablando del campo, en la Sedarpa está sectorizado el tema de la caña de azúcar a través de la Coordinación de Fomento a la Agroindustria Azucarera, Alcoholera y Piloncillera. Igualmente, en la Sedecop hay direcciones que podrían estar ligadas a la causa, en términos de las inversiones. A la caña de azúcar, como a la industria azucarera, les urge una inyección de vitalidad institucional, y no sólo local.
Ahí, pues, la Sedecop y la Sedarpa tienen una frontera común, pues la industria y la agroindustria se enlazan en la producción, industrialización y comercialización de los productos, más allá de su origen agrícola, pecuario, forestal y de recursos naturales, ya que todo eso es desarrollo económico. Incluso, la industria azucarera, con los subproductos de la caña de azúcar, tiene un nicho de oportunidad y un factor clave para la alimentación de la población y para generar ingresos adicionales a productores del campo.
El campo cañero y las fábricas de azúcar tienen, además del alcohol, subproductos como el bagazo, cogollo, cachaza, ceniza, vinaza, hojas de caña y melaza, que igualmente sirven de alimento para animales, generación de energía, cobertura vegetal, entre otros.
En Veracruz, hasta la zafra más reciente (2023-2024), muelen 18 ingenios de los 49 que existen en el país, y ya hemos perdido cuatro: Independencia, La Concepción, San Gabriel y San Francisco, en los municipios de Martínez de la Torre, Jilotepec, Cosamaloapan y Lerdo de Tejada, respectivamente.
Entiendo que la Señora Gobernadora está anunciando la horizontalidad en las políticas del campo, un sector que tiene potencial y que, en materia de la caña de azúcar, lleva muchos años desatendido integralmente.
El reagrupamiento de tareas institucionales que evite la duplicidad de funciones, previa visualización y revisión de las áreas más sustantivas en las políticas públicas para el campo como fuente de trabajo productivo, acrecentará el éxito de un gobierno más de territorio que de escritorio, al que convoca y ofrece Doña Rocío Nahle, permitiendo ir en la dirección de superar el rezago en el solar de Veracruz.
Y así como ha venido en aumento el interés turístico por conocer la ruta y el paseo por zonas cafetaleras, ¿por qué no intentar hacer lo mismo con la caña de azúcar, la industria azucarera y su entorno, que lleva a otros conceptos de la industria sin chimeneas? Pues el campo de la gramínea abarca también a las secretarías de turismo y cultura.
Habrá que aceptar que la Secretaría del Medio Ambiente y la de Protección Civil no escapan a la interrelación con el campo cañero y las fábricas de azúcar, ya que el impacto ambiental, así como la prevención de posibles acciones de emergencia, las hace participar de la industria azucarera.
Mientras entre senadores de la república, diputados federales y tribunales se discute la construcción de un nuevo y mejor poder judicial, no hay que perder de vista que en Veracruz será la LXVII Legislatura Local —que iniciará en unos días— la que deberá aterrizar (armonizar) la reforma al Poder Judicial. Así que el trabajo de nuestras cincuenta legisladoras y legisladores se espera que estén alertas.
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